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jueves, 28 de marzo de 2024


 

Playa Slapton

Playa de Slapton

A finales de abril de 1944, tuvo lugar en Slapton un ensayo a gran escala de lo que luego sería el desembarco en la playa Utah. En las maniobras, conocidas como Operación Tigre, murieron más de 700 estadounidenses, se bombardeó por error la playa y varias patrulleras alemanas interceptaron el convoy en un breve combate naval. El resultado fue tan negativo que el Alto Mando dudó de las posibilidades del desembarco en Francia. Los hechos, sin embargo, fueron silenciados, se obligó a los supervivientes a jurar que guardarían silencio, se ocultó el desastre al público y los acontecimientos se olvidaron después del éxito del Día D. Nunca hubo una investigación oficial seria sobre este hecho, la historia, salvo pocas excepciones, ha pasado de puntillas por este incómodo suceso y poco se sabe de las causas reales de este fracaso Aliado. Hasta ahora…

Operación Tigre

Mapa Gran Bretaña con la zona donde se desarrollará la partida marcada. Haz clic para ver la zona con detalle

Mapa de la zona de la aventura, pulsa para ver más detalles.

Mañana del 27 de abril de 1944, los personajes están en un puesto de observación de la playa de Slapton (en la Bahía Lyme). Se trata de un puesto de observación erigido para la ocasión a unos kilómetros de la playa y su misión es dar escolta a un montón de altos cargos británicos que han venido a observar unas maniobras estadounidenses. Desde su posición, los personajes pueden observar lo que sucede y, dada la experiencia de tratar con esta gente, saben que algo no va bien. Demasiadas miradas a los relojes y compartir prismáticos.

Desembarco

El desembarco previsto

Las primeras lanchas llegan a la playa y empiezan a descargar hombres y vehículos. Unos minutos después, barcos del grupo U de los Estados Unidos inician el bombardeo de la playa que debería haber precedido 50 minutos al desembarco. Sus descargas caen sobre los sorprendidos soldados y la escena se convierte en un espectáculo de sangre, vísceras y miembros desmembrados. Tus personajes contemplarán ese horror con una mezcla de pánico por lo que está pasando y alivio por no estar allí. Uno de los oficiales, un teniente general (no es el rango más alto en el puesto de observación) es el primero en reaccionar al acabar las salvas navales. Y dirigiéndose a ellos les dirá:

—No se queden ahí parados. ¡Vayan a ayudar a esos pobres diablos! —Y viendo su indecisión, añadirá—: Cojan a mi conductor. ¡Vayan!

El general Phaswall

El general Phaswall

Nota: el grupo de bombardeo naval debería haber disparado 50 minutos antes de la llegada de las lanchas, pero el oficial al mando, el almirante Don P. Moon, viendo que las lanchas iban con retraso, decidió dar la orden de retrasar la hora H 60 minutos. Este cambio no fue transmitido a toda la cadena de mando y muchas lanchas, las primeras, llegaron a la playa casi a su hora inicial prevista. Diez minutos después les cayó encima toda la fuerza naval. Este es el hecho histórico y es real, pero en la partida hemos hecho que la responsabilidad sea del coronel Gimes por haber abandonado su puesto (el pobre teniente Yates, su asistente, carecía de la información y el entrenamiento para cubrir su ausencia).

Los personajes

Puedes encontrar los personajes pregenerados en este documento Ver; hemos pensado la partida para cinco miembros de una unidad de la policía militar y la conductora del teniente general Pashwall. Si necesitas más personajes, puedes añadir un segundo asistente del teniente general o más miembros de la unidad de la policía militar.

Los miembros de la policía militar forman parte del 1er batallón logístico del ejército británico sito en Eastdown y han sido destinados a esta misión de hoy de forma temporal. Su trabajo es bastante variado y van allá donde las diferentes operaciones y maniobras del ejército lo necesita. El 1er batallón logístico es el responsable de la organización de todo ese sector del sur de Inglaterra: asigna cuarteles, casas, negocios, gestiona los abastecimientos, el correo, los servicios médicos, las casas para civiles, los traslados de niños, etc. Casi cualquier cosa que te preguntes: ¿Y esto quién lo hace? La respuesta es el 1er batallón logístico. Son un ejército de administrativos al servicio del ejército y, si les preguntas a ellos, el engranaje fundamental para que todo funcione. Déjales claro a los jugadores a qué se dedica la unidad a la que pertenece porque luego les hará falta para conseguir información.

La conductora está asignada al teniente general dentro del Estado Mayor del Ejército Británico. Técnicamente no pertenece a ninguna unidad, pero es una unidad en sí misma. Si ninguno de tus jugadores quiere interpretar un personaje femenino, puedes convertirlo en conductor sin problemas. Su rango seguirá siendo de teniente. De todas formas, te recomendamos que mantengas a la teniente. No hay muchas posibilidades de papeles femeninos militares en la Segunda Guerra Mundial y sería una pena desaprovecharla.

El rango de la conductora es el de teniente. Era algo habitual que los conductores y asistentes del alto mando tuvieran rangos de oficiales. Un soldado o un suboficial no duraría mucho ante tantos sables desenvainados (las insignias de los generales británicos llevan un sable desenvainado).

Este rango de oficial no le convertirá en el mando de la unidad (esta responsabilidad recae en el sargento). En los ejércitos, si bien está muy clara la jerarquía (y un oficial manda más que un suboficial y este más que un soldado), hay una regla que indica que solo puedes dar órdenes a tus subordinados directos. En otras palabras, la teniente es una oficial y merece el respeto y la consideración de su rango, pero los soldados obedecerán las órdenes del sargento o del cabo en su ausencia. Ella conoce esta circunstancia, así que explícasela a tus jugadores antes de la partida.

Por otro lado, aunque la teniente no esté al mando, es uno de los ayudantes del teniente general y puede acceder a él con una simple llamada de teléfono. Eso, dentro de la burocracia militar, puede abrir muchas más puertas que un simple sargento de la policía militar.

Sangre en la playa

Vehículo del general.

Rolls Royce Phantom III

Esta primera escena está pensada para que tus personajes se conozcan entre sí y para dar un poco de sangre y agallas al principio de la partida. Acudirán en el vehículo del teniente, un Rolls Royce Phantom III, y llegar a la playa no será un problema. Puede ser un buen momento para que los policías militares comprendan que no van a conducir el vehículo del general.

En la playa tienes que ser bastante descriptivo con las escenas de heridos y moribundos en la arena. La idea es que pierdan y ganen algunos puntos de moral y se vinculen emocionalmente contra el responsable de aquello. Algunas sugerencias de lo que les puedes mostrar (no hace falta que les enseñes todo).

- Un soldado ha quedado enterrado en la arena y solo se le ve la parte superior del cuerpo. Está medio inconsciente, pero murmura: "mis piernas, mis piernas". Si lo desentierran descubrirán la realidad: las piernas han desaparecido. Además, al retirar la arena quitarán el tapón que había mantenido algo de sangre en su cuerpo y morirá inmediatamente.

- Un tanque, medio enterrado en la arena, está ardiendo. Su torreta está en llamas, pero se escuchan gritos en su interior. Lo primero será apagar el fuego (hay agua y arena en abundancia en los alrededores). Una vez conseguido hay que sacar a los heridos con mucho cuidado porque tienen la piel quemada. Un espectáculo horroroso.

- Una jeep ha volcado cuando trataba de huir del bombardeo. El ocupante ha quedado atrapado bajo el camión. Su compañero ha muerto y le ha cubierto de sangre. Parece más herido de lo que realmente está.

- Un soldado está herido en la pierna y sangra abundantemente tiñendo las aguas de rojo. Si le atienden con rapidez (TA de Primeros Auxilios) podrán hacerle un torniquete y salvarle la vida.

- Un soldado parece perdido sin rumbo en la playa y en un momento camina hacia al mar sin darse cuenta que se va a ahogar. Está ido, completamente conmocionado por lo que ha visto y sentido. Será fácil guiarle hasta un sanitario o un lugar en el que sentarle mientras se atiende a soldados en estado más grave.

- Una mujer, enfermera, lleva en brazos un bebe. Parece igual de conmocionada que el anterior, con la diferencia de que está cubierta de sangre. Si la atienden, podrán ver que no se trata de un bebe, sino de la pierna de un soldado y la enfermera, aturdida, anda buscando a su dueño.

Es la primera vez que los personajes (y quizás tus jugadores) se enfrentan a una escena de combate real o, con más exactitud, a las consecuencias reales del combate. Esto debe impactarles, así que no escatimes descripciones macabras: el olor metálico de la sangre, la podredumbre de las vísceras, a la sal del mar lleno de sangre y, sobre todo, no dejes de mencionar el graznido de las gaviotas que vuelan en círculo en busca de cuerpos sobre los que posarse.

Si los personajes salen de esta escena con algún punto de moral menos, es que la cosa ha ido bien.

La misión

Cuando los personajes regresen de la playa, tras la llegada de los cuerpos de sanitarios que se encargan de todo y amablemente les dicen que muchas gracias, pero están estorbando. De vuelta al puesto de observación, los altos mandos se habrán retirado con la excepción de dos tenientes generales, uno de ellos Pashwall, que les están esperando con el rostro serio.

—Señores —les dirá al llegar—, no me andaré con rodeos. —Tiene fama de ello—. Nos hemos enterado que el coronel Gimes no estaba en su puesto durante las maniobras. Suya era la responsabilidad de coordinar las lanchas con el bombardeo naval. —El otro general asiente con la cabeza con seriedad como si corroborar esta afirmación le pusiera a él a salvo—. Busquen a ese malnacido en el cuartel, en su casa o en el pub de oficiales, donde diablos esté y tráiganlo a mi presencia. Va a arrepentirse de haberse tomado un día libre en plenas maniobras.

«Llévense a mi ayudante con ustedes para que nos sirva de enlace por si hay algún problema puedan contactar conmigo. Y llévense mi coche. No se preocupe Camden, yo me volveré con el General Lloyd.

Nota: el sur de Inglaterra en los días previos al desembarco de Normandía se había convertido en una zona controlada, muy controlada. Si bien aún había civiles en el interior (atendiendo negocios y necesidades vitales para el ejército), todo estaba controlado por el ejército (la policía militar) y los movimientos de los vehículos y de las personas estaban muy restringidos. Había controles de carretera y se impedía que nadie saliera o entrara en la zona de exclusión. Esta es la razón por la que les pide que usen su coche. Nadie pone problemas a un coche con un sable en la matrícula. Explica a la conductora de Pashwall que una de sus obligaciones será anotar dónde y cuándo van con el coche. Los oficiales de alta graduación, coronel para arriba, tienen que anotar todos los movimientos de sus vehículos por motivos de seguridad. Ese libro se llama "diario de ruta" (es una pista, obliga a que lo anote). Explica a tus jugadores en la introducción que la zona está cerrada para preservar el secreto militar. Eso quiere decir que nada ni nadie entran o salen de la zona sin la autorización personal de un general (no de un teniente general).

El general Lloyd

El general Lloyd

El propio general les ha dado las tres primeras indicaciones para iniciar su búsqueda: casa, cuartel o el pub de oficiales. Podrán localizar estos tres lugares consultando la información en el 1er batallón logístico.

El cuartel del coronel

El cuartel del coronel está cerca de Darthmouth, en unos terrenos al oeste de la ciudad. Los británicos han aprovechado algunas granjas y han construido barracones de madera. La unidad del coronel es una unidad adscrita al Estado Mayor y su misión es coordinar a las diferentes fuerzas navales, aéreas y terrestres durante el desembarco. Dentro del cuartel hay gente de todas las ramas. El coronel Gimes pertenece al ejército.

Gimes, por supuesto no está, pero podrán hablar con su ayudante, el teniente Yates, que está bastante conmocionado por lo que ha sucedido esta mañana. La ausencia de su oficial le sobrecargó de trabajo e intentó suplirle sin que nadie se enterara de su ausencia, pero fracasó. Se siente muy culpable de lo que ha ocurrido y colaborará con los PJ si eso hace que le exoneren de culpa.

Nota: en esta escena hay mucha información. No es necesario que la cuentes toda la primera vez. Según vayan descubriendo cosas es bastante probable que visiten el cuartel en varias ocasiones.

Yates les contará que el coronel llevaba raro unas semanas. Siempre estaba irritado y tenía horarios raros. No le preocupó porque todos estaban histéricos con los preparativos, pero ahora, tras su ausencia, cree que era signos de que algo le haya pasado. No cree que haya abandonado el ejército porque este era su vida (y porque sería el primer coronel británico en desertar en la retaguardia), pero le tiene que haber sucedido algo. Además, comentará que no estaba la documentación de las maniobras y que eso hizo imposible su trabajo (esto lo dirá más para disculparse, pero es una pista).

Yates no tiene, oficialmente, acceso a la caja fuerte del despacho, pero tiene una copia de la llave por si acaso y podría abrirla para ver si faltan más papeles. Él no lo ha hecho porque nadie le ha indicado que lo hiciera. Un registro de la caja fuerte (en realidad es una armario metálico) les permitirá ver algunos papeles del cuartel, cosas muy administrativas como nóminas y similares, pero ningún plan de batalla o algo igual de comprometido. Algo debería haber (TA de Logística) porque esta es una de esas unidades fundamentales para el Día D. Yates imagina que deberían estar los planes del Día D porque, si le preguntan, les dirá que Gimes es un "Bigot" (nombre en clave que se daba a las personas que tenían conocimientos de detalles del desembarco en Normandía. Los "Bigot" no conocían todos los detalles, pero sí los suficientes para convertirlos en un peligro de seguridad.

[p]Nota: si informan al teniente general Pashwall de la ausencia de papeles del desembarco, cambiará las órdenes que les ha dado. Ya no se tratará de capturarle, sino que hay que detenerle y hacer todo lo necesario para hacerlo (incluso matarlo).

Como hemos comentado, dadas las restricciones de seguridad de la zona, todos los mandos están obligados a anotar sus movimientos. Si los personajes recuerdan este hecho podrán preguntar por el diario de rutas (pon cara de "¡Oh, vaya! ¡Me habéis pillado!"). No son los oficiales los que anotan sus viajes, sino los ayudantes o conductores de estos. Yates tiene el diario de rutas y estará encantado de enseñárselo. En el podrán descubrir:

- Que el coronel Gimes comía en casa todos los días, excepto en las últimas semanas en las que comía cerca de la ciudad de Blackpool. En concreto en la casa checa. Se llama así a un edificio reconvertido en alojamiento de exiliados checos con los que el mando quiere formar una unidad de comandos.

- Que el coronel visita con regularidad un pub de nombre Saint Alphege (sito en Blackpool).

- Que ha visitado la playa y la zona de Slapton en varias ocasiones (no es raro dado las maniobras que allí iban a ocurrir), pero sus viajes le han llevado en varias ocasiones a Start Point (un faro) en el extremo sur de la bahía y fuera de la zona de las maniobras en los últimos días.

- Que ha visitado Eastdown con regularidad (esto tampoco es raro porque aquí está el batallón logístico y parte del Estado mayor).

- Si indagan mucho, lo que les llevará una hora o así, verán que hizo un rápido viaje a Londres hace dos meses y uno a Kingsbridge un poco antes.

Si deciden registrar los archivos de los últimos días, verán que, entre permisos, solicitudes de material y demás burocracia militar, el coronel Gimes ha expedido un pase para viajar a Londres a una tal Lexa Novák. Lo que hay es la copia que se queda en el registro, el original ha sido entregado. No, Yates no sabe quién es Lexa Novák y asegurará que él no ha hecho ese pase, debió hacerlo el coronel por su cuenta (lo que es raro, rarísimo). El pase tiene fecha de hoy (27 de abril) y Yates puede recordarles que la zona está cerrada. El pase, para el tren, no sirve de nada porque hoy habrá trenes. ¿Lo habrá hecho a propósito el coronel o no se habrá dado cuenta del error?

La casa del coronel

El coronel no está en su casa (la partida sería muy sencilla, ¿no?), pero sí estará su mujer que prefieren que la llamen señora Gimes. Se mostrará contrariada porque haya extraños en su casa, pero se preocupará cuando le expliquen que su marido ha desparecido y le están buscando. Es posible que los jugadores crean que está preocupada por la desaparición, pero en realidad está preocupada porque le estén buscando. Ella está al tanto del plan y le parece muy pronto para que le busquen.

No mentirá, pero seré escueta con las respuestas. No insinuará que su marido duerme fuera de casa algunas noches (lo que es mentira), pero sí que su trabajo le hace llegar tarde algunos días (lo que es casi cierto). Los personajes pueden llevarse la impresión de que no está contando toda la verdad, pero no pueden presionarla, ni interrogarla con dureza y, mucho menos, detenerla. Es la mujer del coronel. Seguro que puede descolgar el teléfono y hablar con el general Lloyd o el propio Montgomery. Tiene pinta de ser capaz de hacerlo y de estar en una posición familiar que le permitiría hacerlo.

Señora Gimes

La mujer del coronel Gimes

Nota: si Pashwall les ha dado la orden de detenerlo (vivo o muerto) porque se ha enterado de la desaparición de la documentación del Día D, la señora Gimes perderá toda protección y será lícito presionarla. No dirá dónde está su marido (no lo sabe en realidad), pero sí que va a traer a su hijo mañana.

Les recibirá en una sala lujosa con butacones, madera en las paredes y alfombras en el suelo. Hay una repisa en una ventana con un montón de fotografías. Ella no dejará de mirarlas, cada vez que hable girará la cabeza sin darse cuenta y mirará un instante la repisa. Si los jugadores se acercan a verlas, descubrirán fotos de ella, de su marido (algunas juntos) y una foto de un joven aviador de la RAF vestido de uniforme. Se trata de una foto de estudio y está en un lugar central de la repisa. Es su hijo. Si le preguntan por él, cogerá la foto y con evidentes muestras de tristeza (esta vez ciertas) les contará que fue derribado en una misión sobre Alemania un año atrás.

Teniente Gimes

El hijo desaparecido del coronel Gimes

Les indicará la dirección del cuartel si los personajes le preguntan por ella e, incluso, la del pub al que su marido va habitualmente. Ella no cree que haya ningún problema en que los policías militares se pasen por allí.

El pub Saint Alphege (Blackpool)

Describe a tus jugadores el típico bar inglés con su larga barra, sus mesas de madera en cubículos más o menos aislados y su diana de dardos con algunos de ellos clavados. En la entrada pone que es un bar de oficiales (en realidad pone que no está permitida la entrada de la tropa o de los suboficiales), pero el dueño del bar es algo laxo en el cumplimiento de esa norma. No es que vayan muchos oficiales por allí, a los que van, como Gimes, les da igual y tiene que mantener el negocio.

Saint Alphege es el lugar de reunión de los checos y en su interior será fácil encontrar a un par de suboficiales y oficiales de esa nacionalidad. Es posible que haya algunos ingleses, pero, en general, habrá poca gente porque están de maniobras y quién más o quién menos tiene poco tiempo libre.

Alfred Henderson

Alfred Henderson, el alegre tabernero

El dueño y dependiente del pub es Alfred Henderson y realmente sabe todo lo que les interesa a los personajes. Si le tratan bien, se piden unas pintas o le presentan a la teniente (de quién dirá que es la razón de que no les haya echado de su establecimiento), les contará todo lo que sabe. Esta información podrán sacársela a los checos, pero los oficiales ingleses no sabrán nada y se mostrarán más disgustados con su presencia. Tan solo la teniente podrá frenar los intentos de estos de echarles, aunque solo lo intentarán si les importunan con preguntas.

En el pub descubrirán que Gimes era un parroquiano habitual, aunque no era gran bebedor. Hace unos meses venía con otros oficiales, pero desde hace unas semanas (dos meses) venía solo o acompañado de una mujer: Lexa Novák (en realidad se citaban en el pub).

Si estaba solo con los checos les preguntaba cosas de su país, pero cuando ella estaba, no les hacía mucho caso. Todos están convencidos que ella era su amante pues siempre se iban juntos del pub, aunque cuando estaba en el local se comportaba como un perfecto caballero inglés. Ella nunca venía si él no estaba.

Ella se aloja en la casa checa desde hace dos meses. Conoció al coronel en un viaje que este hizo a Londres y se la trajo desde allí. Fue él también el que consiguió que se alojara en la casa checa aunque la patrona (la persona que regenta la casa siempre se quejó porque aquello no era una casa para una señorita rodeada de tantos hombres). La verdad es que ella mantenía las distancias y no se relacionaba con ninguno de ellos. De hecho, saben que se llama Lexa por la señora Pons, la regenta de la casa, pero desconocen su apellido.

Tras las primeras pesquisas

Tras recorrer los tres lugares sugeridos por el teniente general y no haberlo encontrado, los personajes tendrán que tener claro que algo raro está pasando. En las diferentes localizaciones pueden haber encontrado información para continuar, pero, por si se te ha pasado algo por alto, te recordamos las pistas importantes:

- El hijo del coronel Gimes fue derribado sobre Alemania (en realidad sobre Checoslovaquia, pero esto aún no lo saben).

- La misteriosa mujer de nombre Lexa se alojaba en la casa checa.

- Hay un pase para Londres a nombre de una tal Lexa Novák.

Los personajes no tienen mucho tiempo. El teniente general Pashwall no va a estar esperando pacientemente sus descubrimientos (y más si se han olvidado de ir comunicándole sus pesquisas). Además, los acontecimientos ya se han puesto en marcha y el coronel Gimes, con información valiosa, está a punto de abandonar la zona restringida.

La casa checa

Señora Pons

La entrañable sra. Pons

La casa checa es una residencia de estudiantes que se ha convertido en alojamiento de los soldados checos bajo los atentos y amorosos cuidados de la Sra. Pons. Una bondadosa mujer que siempre hablará de sus inquilinos como "esos pobres muchachos a los que les han robado el país".

Naturalmente conoce a la muchacha, Lexa Novák, pero no la ha visto en todo el día. Sí, ya sabía que no era ortodoxo alojarla allí, pero el coronel Gimes es tan elocuente y generoso (vamos, que pagaba semanalmente más de lo establecido). Espera no ponerle en ningún aprieto por haberle hecho ese pequeño favor. Y no, no son pareja, ella cree que el coronel se preocupaba genuinamente de la muchacha que, al parecer, estaba buscando a su hermano. ¿Su habitación? Pues claro que pueden verla. Ella se la enseña.

La señora Pons será la primera sorprendida al descubrir que Lexa se ha marchado (eso indica que no haya ropa en sus armarios). Rebuscando entre las cosas que ha dejado descubrirán:

- Posavasos de Saint Alphege (lo que les indicará que ella estuvo allí).

- Billete de autobús de Londres a Kingsbridge (si investigan descubrirán que allí hay una oficina de prisioneros de guerra).

- un horario de trenes a Londres de la estación de Blackpool

- una postal sin utilizar del faro de Start Point

La oficina de prisioneros de guerra (PoW)

En esta pequeña oficina llevan un registro de las noticias e informaciones sobre los soldados, marinos o aviadores capturados por el enemigo. Reciben noticias de diversas fuentes y gratifican a la gente si da información sobre el estado (vivo o muerto) del desaparecido. Es un trabajo un poco rutinario y metódico, pero alguien tiene que hacerlo. Los personajes pueden llegar aquí tras hablar con la mujer de Gimes y ver la foto del hijo en la repisa o tras repasar el diario de rutas en el cuartel.

La administrativa de la PoW

La amable administrativa de la PoW

Si preguntan por el hijo del coronel Gimes (con decir el apellido y que era de la RAF será suficiente) les dirán que su estado actual es desaparecido. Sabrán que estuvo en un campo de prisioneros de Austria, pero que fue trasladado a Cherburgo hace seis meses (la información la facilitó una emigrada checoslovaca que pasó por la oficina hace tres meses y su información fue gratificada). También saben que un familiar se informó de esta circunstancia hace dos meses (el padre del desaparecido y como era coronel le informaron de quién había dado la información - su dirección en Londres). Y ahora mismo acaban de anotar que un grupo de policías militares han preguntado por él (¿he dicho ya que esta gente es metódica?).

Estación de tren

La circulación de trenes ha sido suspendida debido a las maniobras y al estado de paranoia que el alto mando ha alcanzado tras los incidentes de la mañana (se calcula que murieron o desaparecieron 400 personas entre los que había varios "Bigot"). La estación está vacía excepto por una mujer con una maleta que espera un tren que nunca saldrá. Parece que hace poco que ha dejado de llorar. Y sí, se trata de Lexa Novák. Su plan de huir de la zona antes de que el coronel Gimes escapará se ha ido al traste. Sabiendo que no podía volver a la casa checa (es el primer sitio donde la buscarían), prefirió esperar en la estación por si se reanudaba el tráfico ferroviario (cosa que no sucederá hasta dentro de dos días, pero ella no lo sabe).

Lexa Novák

Lexa Novák

Si no se acercan a ella con cuidado, intentará escapar. Sus uniformes de policía militar les delatarán y salvo que tengan las salidas cubiertas, tendrán que perseguirla. Ella abandonará su maleta, pero no su bolso del que sacará una pistola para defenderse (un colt 1911, curiosamente prestado por el coronel).

Si la atrapan con vida, Lexa se derrumbará y contará todo lo que sabe. Esta es su historia o, más o menos, la que contará:

Ella no es una espía profesional, pero sí es alemana (no checa) y su nombre auténtico es Hilda Hegger. Huyó de Alemania cuando la Alemania nazi ocupó Checoslovaquia y aprovechando las circunstancias se hizo pasar por emigrante checoslovaca. Las autoridades británicas se creyeron su historia de que había perdido la documentación y le facilitaron una nueva a nombre de Lexa Novák. Su verdadero nombre es Hilda Hegger. [Nota: esto no es del todo cierto. Es cierto que entró en Gran Bretaña en esa fecha, pero no es una inocente emigrante. Se está cubriendo las espaldas, pero es una agente alemana de primer orden; su nombre clave es Kiel].

Encontró trabajo de una oficina (es mecanógrafa) y la cosa no iba mal (exceptuando los bombardeos) hasta que un agente alemán en Londres la contactó. No sabía cómo, pero sabía que no era checa y la amenazó con denunciarla, lo que implicarían que la detuvieran y encerraran o fusilaran y que detuvieran a su familia en Alemania. No tuvo más remedio que ayudarles. [Otra mentira. Todo el plan es suyo y solo suyo. No existen esos supuestos agentes alemanes].

Hace tres meses viajó a Kingsbridge y cambió la información disponible sobre el hijo de Gimes, un mes más tarde este contactó con ella en Londres. La trampa había comenzado. Le contó que había llegado a Gran Bretaña hace tres meses desde Cherburgo y que allí, trabajando para la Francia de Vichy, había conocido a su hijo en la prisión de la ciudad. Fue él quién le animó a escapar y al llegar le pareció que lo correcto era actualizar la información que tenían sobre él en desaparecidos. Nunca pensó que su padre se pondría en contacto con ella [¡qué mentirosa!].

Echado el cebo, Lexa le fue convenciendo de que en Francia había muchos alemanes que no estaban de acuerdo con lo que estaba pasando y que ellos podrían ayudar a escapar a su hijo y traerlo a Gran Bretaña. Al principio solo pedían que les permitieran quedarse en Gran Bretaña (iban a desertar), pero, poco a poco, fueron volviéndose más exigentes. Cuanto más emocionado estaba Gimes, más le apretaba Lexa, hasta que llegó un momento que Gimes estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de recuperar a su hijo y temía que de no hacerlo, matarían a su hijo. Convencido por su mujer, aceptó entregar los planes del desembarco a cambio de su hijo. Eso sí, no se fiaba del todo y exigió ver a su hijo antes de entregar la documentación.

Nota: y le hizo un pase inútil a Lexa para salir de la zona de exclusión para poder atraparla en caso de que le hubiera engañado. Poco imaginaba Gimes que el objetivo de la operación era capturarle a él, un "bigot", y que nunca iba a volver.

Entre Lexa y él organizaron acordaron aprovecharse de las maniobras para escapar. En defensa de Gimes diremos que él no previó que el bombardeo se retrasara y que muriera tanta gente por culpa de su ausencia. El plan es salir al mar en un barco de pesca (que convenientemente ha preparado en Start Point). Encontrarse en alta mar con una patrullera alemana, hacer el intercambio y volver los dos a Gran Bretaña.

Lexa no sabe dónde está Gimes, pero sabe que estará en Start Point mañana por la mañana (cuando empiece el segundo día de maniobras).

Nota: Gimes lleva un día esperando en Start Point, en un barco oculto en una cueva bajo el faro.

Start Point

El coronel Gimes

El coronel Gimes

A la mañana siguiente, 28 de abril, hay previsto un nuevo desembarco en la playa de Slapton. No parece que los acontecimientos del día anterior les hayan hecho reflexionar. Aunque los jugadores avisen al teniente general Pashwall de lo que está pasando, no podrá detener la maquinaria bélica. No olvidemos que él es británico y todo este tema de la Operación Tigre es estadounidense. Sólo Eisenhower podría detenerlo y Montgomery, que sería quién tendría que convencerle, no es amigo de las especulaciones.

No, si alguien tiene que detener a Gimes son los PJ. ¿Para eso han venido, no?

Gimes preparó un barco hace unos días y lo ocultó en una caverna que hay bajo el faro. La descubrió en sus visitas previas. El primer día, mucho antes de que empezaran las maniobras viajó con su coche rodeando la zona de pruebas y aparcó cerca de Start Point (entre unos árboles a unas millas del faro). No quería que nadie descubriera su coche y les condujera hasta allí, pero, por otro lado, quería tenerlo cerca para llevar a su hijo a casa. Llegó al faro sin que nadie le viera (caminando por el borde del acantilado sin acercarse a la población). Descendió por el acantilado con cuidado (tenía tiempo) y se escondió en la cueva bajo el faro a esperar que llegara el día siguiente. Desde ella escuchó el bombardeo y las ambulancias y vio pasar a los barcos de regreso en número inferior al que había ido. Supo que algo malo había pasado, pero no cambió de planes.

Nota: se aprecian las huellas de alguien que ha bajado por el acantilado, pero por la noche será difícil (+1GD) descubrirlas. De día es más sencillo.

El plan de Gimes es hacerse a la mar cuando pasen los convoyes del segundo desembarco (viene desde Plymouth). Es decir, no saldrá hasta primera hora de la mañana. Lo que Gimes no sabe es que los alemanes tienen otros planes: primero, van a atacar las maniobras con unas cuantas torpederas salidas de Cherburgo y segundo, si Gimes se hace a la mar piensan capturarle y llevarlo a Francia para sonsacarle toda la información del Día D.

La batalla de la bahía Lyme

En la costa de Slapton hay unas cuantas piezas de artillería naval para repeler ataques alemanes, pero tienen orden de no usarlas salvo que el ataque sea de envergadura. Es decir, en Start Point, poco antes de llegar al faro, hay una batería naval camuflada. No se ve desde el mar, pero es evidente desde el camino de la costa. Emplazamientos similares hay en toda la costa. No participarán en la batalla contra los alemanes por sus órdenes de no desvelar sus posiciones ante enemigos de reducido tamaño.

HMS Azalea

HMS Azalea

El buque de escolta, la corbeta HMS Azalea se enfrentará solo a los atacantes porque su pareja, un destructor, había entrado en puerto a hacer reparaciones menores al chocar con una lancha de desembarco y no había podido avisar de este hecho por culpa de fallos en las comunicaciones (quizás también culpa de Gimes). En la batalla naval conseguirá hundir alguna de las patrulleras alemanas, pero no antes de que estas hundan varias de las embarcaciones del desembarco y se retirarán a toda velocidad.

En el fragor de la batalla, una patrullera alemana permanece apartada cerca de la entrada de la bahía, cerca del faro de Start Point.

El faro de Start Point (el final)

El faro de Start Point

Start Point (haz clic para verlo más grande)

Si lo personajes se han entretenido en la investigación es posible que no lleguen antes del amanecer, pero si llegan antes y Gimes les descubre, se hará a la mar en ese momento y esperará a sus contactos en la oscuridad. Gimes lleva desde su desaparición escondido en una pequeña cala al pie del faro. Lleva todo el día sin descansar a la espera de la señal de que su hijo está en camino.

Si Gimes se hace a la mar durante la batalla naval, la embarcación alemana se acercará a ella y un grupo de alemanes la abordará, le atrapará tras un breve intercambio de disparos, cogerán todo lo que hay en el barco y luego lo hundirá.

Si se hace a la mar antes de la batalla, se mantendrá oculto entre las olas para que el convoy no vea su presencia (no lo hará) y esperará a que llegue la embarcación (él no sabe que son varias ni sabe que habrá una batalla). Una de las patrulleras se separará del grupo de ataque, le abordará, se lo llevará y destruirá el barco.

Patrullera alemana

Patrullera alemana (e-boot)

La posibilidad de encontrar un segundo barco para detener a Gimes es remota, pero los personajes pueden ser previsores y abordar Start Point desde el mar. Si es así y consiguen otro barco no armado (los armados están muy solicitados), Gimes les disparará y, si ya han llegado, se dirigirá a los alemanes. Estos, una de las patrulleras en realidad, tratarán de cubrirle y abordarán a los PJ.

Si no tienen preparada una embarcación, siempre pueden utilizar los cañones de la costa para hundir el barco de Gimes. Tendrán que convencer a la batería para que dispare y es posible que tengan que llamar al teniente general Pashwall para que lo ordene. Deja que los PJ dirijan los disparos de la batería (como observadores artilleros), pero serán los artilleros los que manejen las piezas. Salvo muchos errores de artillería de campaña, los artilleros (20) alcanzarán al barco. Por cada acierto seguido en la observación artillera, da -1GD de bonificación a los artilleros. Ten en cuenta que los disparos tienen +1GD de penalización por el movimiento del barco.

Los brandemburgueses

Los risueños brandemburgueses

Si no consigue hacerse a la mar, luchará a muerte con los personajes. Es un excelente tirador (fusil 23) y además tiene un subfusil Sten (18) con el que pensaba apuntar a los alemanes mientras recuperaba a su hijo (no se fía mucho de ellos). Si esta escena de combate se desarrolla durante la batalla naval, la tripulación de la patrullera desembarcará en la zona y saltará para capturar a su objetivo. Son cinco avezados brandemburgueses con subfusiles (20).

Si los personajes salvan la situación e impiden que los alemanes se hagan con los planes del Día D, el mando les felicitará. No podrá condecorarles porque se pedirá a todos los participantes en los acontecimientos de estos dos días que juren guardar silencio sobre ello (no pueden dar condecoraciones por una operación fracasada, 700 muertos en dos días, de la que nadie sabe nada).

Si han atrapado a Gimes (y a Lexa), serán juzgados por espionaje y condenados a muerte.

Comentarios finales

La Operación Tigre existió y fue un fiasco. El primer día los barcos bombardearon a las tropas que ya estaban en la playa (por un error de comunicaciones sobre el retraso de la operación) y al segundo día, los alemanes hicieron acto de presencia y hundieron varias embarcaciones. El resultado del ensayo fue peor incluyo que el desembarco real en la playa Utah pocos días después, pero algunas lecciones se aprendieron y se corrigieron a tiempo para el Día D. El Alto Mando dio orden de encubrir todo lo que había pasado porque no quería perjudicar la moral de las tropas días antes de mandarlas a Normandía. La prensa no se enteró y obligaron a los implicados, a todos, a jurar guardar silencio. Se mantuvo en secreto incluso los muertos. La idea original era revelar los acontecimientos tras el Día D, pero el desembarco estaba en marcha, no iba todo lo bien que esperaban (la operación prevista para unos días se alargó varios meses) y nadie quiso añadir una nota triste en un momento que se estaba viviendo como una victoria.

Los detalles de la Operación Tigre son verídicos, pero toda la historia de Gimes, su hijo, el robo de los planes del desembarco y la agente alemana son falsos; una aportación para nuestro anual homenaje al Día D. Espero que lo hayas disfrutado.

 

 

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Cita

«Cómo me hubiera gustado que los alemanes aquí presentes limitaran su defensa a tres palabras: chúpame el culo.»

Goering