Número: 241.     4ª época.     Año XXII     ISSN: 1989-6289

241 > Ambientación > Callejero > Blanqueo de capitales (RN). Por: Francesc Almacelles

 

Blanqueo de capitales

En Cunia, ciudad de oportunidades turbias y moral laxa, los billetes cambian de manos más rápido que los chivatazos. Aquí, cada bar de carretera, cada oficina anodina o salón de apuestas puede ser algo más: una puerta de entrada para el dinero sucio al mundo legal.

Y es que, en el crimen organizado, obtener dinero es solo la mitad del trabajo. La otra mitad -más delicada, más arriesgada- es hacerlo parecer limpio. Unos lo llaman ingeniería financiera. Otros, supervivencia. Todos saben que si no puedes justificar tus ingresos, acabarás entre rejas... o muerto.

Este artículo recorre los métodos más utilizados por mafias, bandas y empresarios sin escrúpulos para blanquear capitales ilícitos en Cunia. No se trata solo de esconder el dinero. Se trata de vestirlo con traje, darle apellidos, y ponerlo a trabajar por ti.

Métodos

Negocios tapadera

Es el método más extendido en Cunia. Un bar de mala muerte que no sirve copas, una lavandería sin clientela, una tienda de electrodomésticos que nunca repone stock. Lo importante no es que generen dinero real, sino que permitan justificar grandes entradas de efectivo.

Un negocio tapadera suele estar a nombre de un testaferro o de un familiar sin antecedentes. La clave está en mantener una contabilidad creíble y sobornar al inspector correcto cuando sea necesario.

Casinos, salas de bingo y apuestas

El dinero entra y sale de un casino constantemente. ¿Quién puede saber si una noche ganaste en una mesa de póker o si simplemente limpiaste 50.000 euros que venían de un secuestro exprés? Las fichas no tienen memoria, y las ganancias declaradas como "suerte" son difíciles de rastrear.

En Cunia, varios locales son utilizados por clanes criminales como verdaderas lavanderías de efectivo. Algunos incluso ofrecen a otros criminales el servicio de blanqueo a cambio de un porcentaje.

Empresas de importación-exportación

Perfectas para inflar facturas, ocultar movimientos y justificar grandes sumas. La compraventa internacional permite camuflar ingresos ilícitos bajo operaciones comerciales aparentemente legítimas. Además, es fácil mover mercancía ficticia: lo importante no es si el contenedor llega, sino el papel que diga que llegó.

Estas empresas también son útiles para mover droga, armas o tecnología robada bajo el paraguas de "productos industriales".

Fundaciones, donaciones y ONG

Algunas organizaciones criminales más sofisticadas montan ONGs o fundaciones culturales para canalizar fondos. Reciben "donaciones" anónimas y las redistribuyen en forma de sueldos inflados, becas fantasma o facturas por servicios que nunca se prestan.

Estas entidades suelen tener una fachada impecable, con discursos solidarios, ruedas de prensa y presencia en eventos sociales. Lo justo para no levantar sospechas.

Lo más siniestro es que muchas veces estas ONG sí hacen parte de lo que prometen. Reparten comida, ayudan a barrios deprimidos… pero lo hacen como fachada, o para ganar influencia social que luego pueden usar para silenciar denuncias o conseguir favores políticos.

Préstamos privados y usura

Una forma más callejera: prestar dinero a pequeños negocios que luego devuelven con intereses. El capital blanqueado entra como "devoluciones de préstamos". Similar a esto son los casinos ilegales que recorren barrios marginales. Aunque arriesgados, permiten blanquear efectivo rápidamente en zonas con baja vigilancia.

Compra de arte y objetos de lujo

El arte tiene una cualidad única: su valor es subjetivo. Un cuadro puede costar 200 euros o dos millones, según quién lo tase. Esto lo convierte en una herramienta perfecta para lavar dinero. Un criminal compra una obra con dinero sucio, luego la revende (a un cómplice, claro) a través de una subasta legal. El resultado: dinero limpio, justificado.

Lo mismo sucede con joyas, relojes caros, coches clásicos o incluso vinos de colección. Todo lo que pueda valorarse sin que nadie cuestione demasiado su precio es útil en este juego.

Falsas facturas y autónomos ficticios

Uno de los métodos más comunes en Cunia: empresas fantasma o autónomos ficticios emiten facturas por servicios que nunca se prestaron. El dinero entra en la contabilidad como gasto, y luego vuelve a salir "limpio" como beneficio o nómina. Todo queda aparentemente legal... hasta que alguien empieza a sumar.

La clave está en una red bien montada: gestorías cómplices, identidades prestadas, y contables que saben cuándo no hacer preguntas. Es eficaz, pero exige precisión. Un cruce de datos mal hecho o una factura repetida puede levantar sospechas antes de lo esperado.

Criptomonedas

El nuevo oro digital del crimen. Las criptomonedas permiten mover dinero sin fronteras ni bancos entrometidos. Se compra cripto en efectivo, se mezcla en servicios anónimos, y se mueve a wallets repartidos por todo el mundo. En minutos, el dinero sucio puede estar fuera del alcance de cualquier fiscal.

Pero no todo es tan fácil. La volatilidad es alta, los errores son irreversibles, y no todos los delincuentes entienden bien lo que están haciendo. Además, algunas cadenas de bloques dejan rastros, y los investigadores digitales ya saben cómo seguirlos.

Riesgos

Estas son algunas de las amenazas que rodean el proceso de lavado de dinero, y que pueden hacer temblar incluso al criminal más calculador.

Vigilancia policial

Los negocios tapadera generan patrones. Si un local vacío declara beneficios mensuales que superan el alquiler de un hotel de lujo, alguien va a levantar la ceja. Hacienda tiene algoritmos, y la Brigada de Delitos Económicos no es tonta. Una inspección puede llegar sin avisar… y sin piedad.

En Rol Negro, esto puede traducirse en redadas, confiscación de fondos o congelación de cuentas bancarias. Incluso aunque los personajes no sean arrestados, podrían ver bloqueado el dinero sucio por semanas o meses.

Traiciones internas

El dinero corrompe, pero también alimenta la ambición. Un contable descontento, un testaferro mal pagado, un socio que se siente ninguneado… Basta una filtración para hundir un entramado de lavado de dinero construido durante años.

La información, en Cunia, se vende rápido y caro. Un PNJ secundario puede convertirse en una amenaza inesperada si decide hablar con un fiscal, con una mafia rival o con la prensa.

Fraude cruzado

En ocasiones, los criminales subcontratan el blanqueo a un tercero. Y en Cunia, los que blanquean para otros suelen jugar en varios tableros. Quizá un contacto en un casino lava dinero para tres bandas a la vez. Si una cae, todas pueden quedar expuestas. Si una sospecha, puede actuar con violencia.

Los personajes pueden descubrir que el blanqueador al que pagaba está siendo investigado... o que ha desaparecido con todo el dinero.

Dinero marcado

No todo el dinero puede limpiarse. A veces los billetes están numerados, marcados, o conectados a crímenes especialmente mediáticos. Si los personajes intentan introducir este dinero en un negocio legal, puede dejar un rastro directo hasta un asesinato, un secuestro o una red de tráfico.

Además, ciertos fondos pueden pertenecer a clanes mafiosos que no toleran que "sus" ganancias sean manejadas por otros. Y esa advertencia suele llegar en forma de visita nocturna.

Interferencia de la competencia

Cuando un método de blanqueo funciona bien, no tarda en llamar la atención. Otros criminales pueden querer apropiarse del sistema, extorsionar a los responsables, o directamente sabotearlo para forzar una alianza. En Cunia, tener éxito es peligroso si no puedes defenderlo.

Resumiendo

Blanquear dinero en Cunia no es una opción. Es una necesidad. Es la diferencia entre poder comprarte un piso en la playa o ver cómo te lo incauta la brigada de delitos financieros. Y aunque la ley está ahí para vigilar, la ciudad tiene muchas grietas por donde se cuela el capital ilícito.

Al final, blanquear dinero no es solo una operación contable. Es una batalla de ingenio, poder y corrupción. Y en Cunia, esa batalla nunca se detiene. Es una danza sobre cristales rotos. Puede parecer rutinario, pero cualquier paso en falso puede llevarte al hospital… o a la morgue. Para los personajes jugadores, estos riesgos no son obstáculos: son oportunidades narrativas. Momentos de tensión, dilemas morales, amenazas que obligan a reaccionar rápido y sin garantías.