Número: 246. 4ª época. Año XXII ISSN: 1989-6289
Ante los marineros se alzaba flotando en el vacío y moviendo sus alas una de las peores pesadillas de los navegantes, los ojos pequeños e incrustados a los lados de su cabeza en forma cónica miraban a sus posibles presas, un graznido que heló la sangre de los miembros de la tripulación fue lo único que oyeron antes de que el dasto se lanzase contra ellos en un picado salvaje
Los dastos, también conocidas como bestias del Vacío, estos enormes seres de algo más de 3 metros de envergadura, son uno de los depredadores más peligrosos a los que un navío puede enfrentarse. Quizá no sean tan impresionantes como los guivernos, pero, a diferencia de estos, atacan en manada y son muy agresivos y feroces.
Sus cuerpos son planos, con forma de flecha invertida, con una larga cola acabada en un aguijón y unas grandes alas a lo largo del cuerpo. Sus ojos se sitúan a ambos lados de la boca, grande, llena de dientes y con unos palpos a los lados terminados en una especie de uña que le ayudan a sujetar a sus presas. En los extremos de las alas y a ambos lados de la cola tienen unas pequeñas garras que utilizan para sujetarse a los salientes de rocas. Su coloración denota la adaptación a su medio, siendo azul claro por abajo (para confundirse con el cielo si se miran desde abajo) y un blanco amarillento (para confundirse con el fondo de nubes si les miran desde arria). El conjunto es una especie de mezcla entre un pez y un murciélago.

Dasto. Fuente: modificación hecha sobre una imagen CC
Suelen moverse en manadas de una docena de individuos, comandados por un un líder de manada, normalmente el macho más grande de la misma, quén, además de tener los derechos reproductivos sobre las hembras, es el encargado de elegir el lugar de anidamiento y de defender a la manada en caso de conflicto con otras manadas. El cuidado de las crías y la caza quedan en manos del resto de miembros de la mandada, independientemente de su sexo.
Los dastos son vivíparos, pero no mamíferos. Las crías recién nacidas se agarran al dorso de la madre y son alimentadas por el resto de la manada con carne previamente masticada.
En tierra firme son bastante torpes, levantando el vuelo en cuanto pueden. Sin embargo, son bastante competentes escalando riscos, que utilizan para descansar o ganar altura en la costa para aprovechar alguna corriente de aire.
El hábitat natural de estas criaturas son las costas escarpadas del Vacío Interior, pues prefieren anidar en las cuevas que se forman en los acantilados y donde las corrientes de aire que ascienden del Vacío les ayudan a volar. Existe una variedad, no obstante, que parece haberse adaptado para vivir en las zonas rocosas del interior de la Gran Federación. Estos dastos, conocidos vulgarmente como dastos grises, son más pequeños que sus primos del Vació interior y su parte dorsal es, como su nombre indica, de un tono grisaceo, a juego con las rocas sobre las que se posan.
Debido a su agresividad, en las zonas más civilizadas se suelen organizar partidas para cazarlos, por lo en esas zonas su frecuencia disminuye. Sin embargo, en las zonas más vírgenes o dónde conflictos armados dificultan su caza, como por ejemplo en la frontera entre Corus y Widana, es más fácil encontrarlos.
Desde antiguo, el clan orco que controla Mebrala, en el estado Amagat, se había hecho famoso por un hecho particular, el desarrollo de la doma de dastos. Solo los más temerarios de estos orcos conseguían superar el mortal entrenamiento y formar un vínculo con un dasto lo suficientemente fuerte como para este se dejase montar. Este vínculo era único de un jinete con su montura, siendo muy difícil para un jinete controlar una montura que no fuera la suya. Durante la expansión del Emperador, los jinetes de Mebrala fueron una de sus fuerzas de elite, hasta el punto de que el secreto de la monta se extendió a otras tribus de orcos, humanos y loren aliados del Emperador. Tras su desaparición, las técnicas de monta dejaron de ser un secreto de estado, pasando el conocimiento a otras naciones fuera de la esfera del Emperador. Hoy en día, aunque infrecuente, no es raro encontrar jinetes de dasto entre todas las naciones de Eriloe.
Cuando los Dast son domados tan sólo permiten que su jinete les ponga un pequeño bocado que le permita agarrarse en caso de que el Dast tenga que hacer un movimiento brusco, la forma del cuerpo del Dast y su carácter impiden la colocación de una silla de montar sobre el animal.