Número: 242. 4ª época. Año XXII ISSN: 1989-6289
Los campos de mina son un sistema defensivo bastante eficaz y temido. En general, cuando una nación mina una zona de terreno es porque está a la defensiva, porque no quiere o no puede avanzar más. Para el atacante, sin embargo, es un obstáculo que debe superar. Hay muchas formas de acabar con un campo de minas: desde el bombardeo de saturación a abrir caminos poco a poco, pero también hay vehículos que se dedican a explotarlas mientras van avanzando por el campo minado. Seguramente, el lector conoce el sherman crab que lleva un rodillo con cadenas que va golpeando el terreno delante de él. Esta es una forma de hacerlo porque las minas explotan por delante del vehículo y las tripulaciones tienen la confianza de que las cadenas no dejen pasar ninguna.
Un T1E1 que llevaba una grúa de recuperación de vehículos para levantar los rodillos antiminas si era necesario. Imagen de Dominio Público.
Otra forma de hacerlo es pasar por encima de la mina con algo que sea capaz de resistir la explosión. De ahí surgieron algunos diseños con un gran rodillo o varios por delante del vehículo. Sin embargo, los diseñadores se preguntaron si en vez de utilizar un vehículo que empujara los rodillos no podrían diseñar unos rodillos capaces de moverse por sí mismo. De este concepto surgió el T10.
Fotografía de un T10 Mine Exploder. Imagen de dominio público'
La idea original era diseñar un vehículo propio, pero como suele pasar en la guerra, se decidió ahorrar y tirar de vehículos disponibles en gran cantidad: un sherman y, en concreto, el M4A2 que llevaba motor diesel. En realidad, el T10 era un kit de conversión que convertía el sherman normal en un vehículo para detonar minas. No era una conversión rápida que pudiera hacerse en combate, sino en los talleres de las unidades.
Todo el tanque iba elevado 1,6 metros del suelo, lo que le protegía de las explosiones de las minas. En la parte delantera llevaba dos ruedas grandes (2,5 metros de alto por 1 metro de ancho) y pesadas que podía explotar minas. Iban conectadas directamente a la transmisión del sherman. Para conseguir que el tanque girara se hacía que las ruedas se movieran a distinta velocidad. En la parte trasera llevaba un tercer rodillo que cubría el hueco dejado por las dos delanteras y que iba detonando cualquier mina que hubiera quedado sin detonar. La rueda trasera le hacía parecer un triciclo.
Vista frontal de un T10. Imagen de dominio público.
Para proteger al tanque, el chasis posterior se reforzaba hasta alcanzar los 25 mm (casi el doble que el original). Por otro lado, a torreta del carro era completamente funcional. El carro antiminas podía, además, disparar contra objetivos enemigos mientras realizaba su trabajo.
Todo el conjunto alcanzó un peso de casi 60 toneladas y eso acabaría pasándole factura porque en terrenos blandos (por ejemplo, barro) podía quedarse atrapado. Una de las ventajas de las orugas de los carros de combate es que distribuyen el peso del carro en una superficie mayor, pero en el T10 ese apoyo quedaba reducido a tres zonas. Su presión sobre el suelo era mucho mayor. Otro defecto es que los rodillos llevaban unos canales para favorecer la explosión de las minas, pero acababan llenándose de barro o tierra compactada y perdían la capacidad de detonarlas (el T10 las pasaba por encima). Para ello se le añadieron unos rascadores que iban eliminando lo acumulado. Además, al rascador trasero se le añadió una placa que permitía que otro vehículo lo empujara si se quedaba atascada y, de esta forma, solucionaban los dos problemas detectados en las pruebas.
Vista trasera de un T10. Imagen de dominio público.
Algunas unidades fueron utilizadas por los marines en el frente del pacífico. Sin embargo, la razón por la que el M4A2 estaba disponible es porque su motor era diesel y los estadounidenses preferían usar gasolina. Por este motivo, varios T10 fueron enviados a otros países aliados para probarlos. Sin embargo, nunca fue una solución que agradara a los responsables militares y a finales de 1944 el proyecto fue cancelado.