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lunes, 7 de octubre de 2024


 

La prensa durante la Guerra de la Independencia

El levantamiento contra Napoleón en mayo de 1808 y la posterior guerra de la Independencia necesitó medios capaces de mostrar los acontecimientos sociales y políticos que vivían los españoles. Las cabeceras de prensa tuvieron todo el protagonismo para esta función respaldada por la Ley de Imprenta el 10 de septiembre de 1810 y el posterior decreto de libertad de imprenta del 26 de octubre de 1811.

La proliferación de cabeceras

Junto a los pocos diarios existentes hasta la fecha aparecieron periódicos y folletos de todo tipo dirigidos a atacar a los franceses y a exaltar el patriotismo. Se rompieron las barreras que la censura había impuesto para controlar la información, aunque la iglesia católica seguía imponiendo control sobre muchas de ellas. Surgió un inesperado torrente de libertad para escribir e imprimir dando a conocer los proyectos políticos, la problemática a lo largo y ancho del país y sobre todo haciendo sentir a los lectores que están integrados en la sociedad.

Aunque casi todas tienen una vida efímera, entre 1808 y 1814 hay una gran proliferación de publicaciones (hay constancia de más de 640) especialmente en aquellos territorios libres de la amenaza francesa, ya que la prensa se va a convertir en un elemento importante del movimiento revolucionario-constitucionalista. Muchos de estas publicaciones se dieron a lo largo y ancho de España pero también surgieron algunas publicaciones en español que vieron la luz en Bayona, Gibraltar, Londres y América.

Cabecera de El Conciso

Los contenidos

Estas publicaciones empezaron a tener carácter periódico (las más populares de hasta 2 veces a la semana) y podrían ser folletos de una sola hoja o publicaciones de 4 u 8 páginas. Dada la gran cantidad de cabeceras se publicaron periódicos de distinta tendencia: periódicos liberales como el Semanario Patriótico de Manuel José Quintana, El Conciso de Gaspar Ogirando o El Robespierre Español de Pedro Pascasio Fernández Sardino; anticonstitucionalistas como El Censor General e incluso afrancesados como La Gaceta de Sevilla, El Diario de Barcelona o El Diario de Valencia, redactado durante un tiempo por Pedro Estala.

Manuel Jose Quintana

Los periódicos se ocupaban de cuestiones políticas, en tono doctrinal y serio, pero también en tono polémico y satírico. Una importante parte de los contenidos ocupaban los extractos de las Cortes y las noticias sobre la guerra tanto en Europa como en la península. Nos es difícil deducir que casi un 85 % los contenidos se dedicaban a las guerras del momento; a los frentes abiertos en distintos puntos de la geografía. Aunque los periódicos hacen un seguimiento diario de la guerra, las noticias llegaban tarde a los mismos. Por término medio desde que se producía el acontecimiento hasta que se daba cuenta de él en el periódico, podían transcurrir entre 10 y 20 días. Esta tardanza ocasionaba reacciones también tardías en la evolución de los acontecimientos bélicos.

El final de la libertad de prensa

Con el regreso de Fernando VII de España el 25 de abril de 1815 se prohibió cualquier publicación no oficial, acabando con la libertad de prensa iniciada durante la guerra de la independencia.

 

 

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Cita

«No edifiquéis mi hogar ni mi tumba, pues ellos son el espacio donde vivo y muero.»

Anónimo