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jueves, 28 de marzo de 2024


 

REINO DE CORUS

PARTE II

Lugares importantes

Istionar: (metrópolis 34.705). Capital del reino y la mayor ciudad del Levante. Sus muros están en constante expansión y cada rey añade un nuevo anillo al recinto amurallado para que la ciudad crezca siempre protegida. Como resultado tiene una distribución radial que crea un importante caos circulatorio, ya que muchas veces para ir al barrio de al lado las grandes carretas deben ir hacia el centro hasta entroncar con la avenida deseada. Actualmente hay un total de 5 anillos, aunque se pueden ver restos de antiguas murallas que fueron esquilmadas cuando la ciudad las engulló. Cada anillo tiene su propia fortaleza donde se acuartelan las tropas encargadas de defenderla. En el anillo central esta la residencia real y la catedral de la ciudad, aunque la sede de la Iglesia se ubica en la ciudad de Erinor.

En sus puertas se guarda un celoso control de las gentes que entran y salen y todos los habitantes de Istionar están censados. No en vano cada ciudadano tiene prefijados un puesto en caso de ataque, sea como miliciano o para evacuar heridos o sofocar incendios. Esta antigua costumbre cayó en desuso hace unos 50 años, pero el actual rey está haciendo grandes esfuerzos para recuperarla, en su desmedido afán por poner a punto la maquinaria de guerra corusiana.

Gorion: (ciudad grande 17.034) Segunda ciudad en importancia de Corus y sede de la casa noble que tiene el mismo nombre, es un enclave fructífero y abierto al mar. El escaso peso político de la Iglesia de Corus en esta ciudad ha propiciado el surgimiento de una clase artesana cada vez más implicada en el comercio y en las profesiones liberales. De hecho gran parte de la riqueza de Gorion viene de los beneficios de estos nuevos comerciantes. El rey no protesta demasiado, ya que la lealtad de Gorion esta fuera de toda duda y sabe que recibe más dinero por los tributos de esos comerciantes que si el negocio estuviese en manos de los ministros de la Iglesia.

Atalaya del Vacío: (villa pequeña 1.890) Esta imponente fortaleza, enclavada en una acantilado completamente rodeado de Vacío es el centro de comunicaciones de Corus con el Norte y, por tanto con el Protectorado de Interiver. Sus habitantes tiene que sufrir continuos ataques de Dast, enviados, si hacemos caso de los rumores, por sus hostiles vecinos de Isomor.

Holimar (ciudad pequeña 1.298) Conocida antaño como Grauon, antiguamente era una ciudad enana miembro de la Liga Issamor, la alianza enana que fue derrotada en la Guerra de la Perdición. Han pasado muchos años desde su conquista y ahora es una ciudad humana más. Por supuesto no faltan los rumores de que antiguos túneles unían esta ciudad con otra de las ciudades de la Liga, Kasdert, que fue aún no ha sido descubierta. Los ministros más eruditos de la Iglesia llevan bastante tiempo buscando el emplazamiento de esta ciudad perdida, pero aún no han encontrado nada concluyente. El inminente conflicto con Arefad ha incrementado considerablemente la guarnición de la ciudad, estorbando las excavaciones arqueológicas, dificultando por tanto tan laborioso trabajo.

Historia de la región

El origen del reino de Corus se fija oficialmente en el año 523, cuando un joven caudillo humano de un clan bárbaro de poca monta consigue, mediante un combate de honor y una traición en toda regla, asimilar a su tribu otras dos más, constituyendo la mayor unidad política de la zona. A partir de ese momento, y encomendándose a Mokirus, el dios tribal, se encaminó a una guerra de conquista sin precedentes en la historia. Los estudiosos nos se ponen de acuerdo en cuales fueron las causas de su fulgurante avance. Cierto es que introdujo las tácticas enanas, traídas a la zona por los exiliados de Covelin, entre los indisciplinados bárbaros. También supo jugar muy bien el juego de las alianzas, juntándose primero con los nuevos enanos para expulsar a los orcos y trasgoides para más tarde traicionar a sus aliados cuando estos eran menos numerosos. Sin embargo hay un halo de misterio que cubre sus hazañas y en el que los pocos estudiosos que aún aceptan la existencia de la magia quieren ver un sabio uso de unidades militares formadas íntegramente por magos. Sea como fuere para el año 543 tanto los orcos en el norte como los trasgoides en poniente habían sido forzados a esconderse en las montañas. El reino de Corus ocupaba una amplia franja a lo largo de la costa levantina, en cuyo interior figuraban dos estados enanos, Phileim y Wurtan, antiguos aliados contra los orcos, y un par de ciudades-estados independientes también enanas, Grauon y Kasdert. Corus se dedicó entonces a organizar el incipiente estado, aún dudoso de su posición frente a sus antiguos aliados. Estableció un sistema al estilo enano, con una monarquía poderosa apoyada en una nobleza guerrera. No obstante impulsó desde el principio el culto de Mokirus como una extensión del poder real en todos los rincones de su territorio. Nacionalizó las recientes conquistas, estableciendo un sistema de compensaciones territoriales a los nobles desposeídos, prometiéndoles terrenos nuevos en futuras conquistas. En un principio el sistema funcionó bien, pero pronto los nobles empezaron a mostrar su descontento ante la paralización de las campanas guerreras. Ante el cariz que estaba tomando el asunto Grauon y Kasdert decidieron establecer una alianza con otras dos ciudades enanas, Taynmar y Arefad. Sin saberlo le dieron a Corus la excusa que estaba buscando para reiniciar las hostilidades. Un embajador de Corus se presentó en Grauon exigiendo la disolución de la liga, pues atentaba contra la soberanía de Corus. Grauon se negó y, aunque Corus no tomó represalias, la semilla de la guerra ya estaba sembrada. Para prepararse el joven rey mandó sus fuerzas contra los orcos del Norte y los elfos del Bosque Grande y el Bosque del Abrazo. Cosechó victorias marginales que, si bien no supusieron casi ningún aumento de territorio, si que pusieron su ejército a punto y acrecentaron la sed de sangre de sus nobles. Finalmente en el año 564, aprovechando que una incursión trasgoide había destruido Taynmar, Corus atacó las posesiones de la liga. No obstante organizó su campaña militar contra los enanos en tres frentes. En primer lugar estaba el enfrentamiento con la Liga. Aquí se decidió por una guerra de desgaste, atacando los suministros y granjas de las grandes ciudades para hacerlas perecer por hambre. El otro frente lo planteó contra Phileim, en la parte más levantina de su territorio. Allí planteó una fuerza de posición, con pequeños avances, arañando cada trozo de territorio a sus enemigos. Por último concentró el grueso de sus ejércitos contra Wurtan, en el sur-este, sabedor de que este país era la llave de los Montes Azules, detrás de los cuales había una gran tierra fértil pero poco habitada. Penetró las defensas de Wurtan con facilidad y de allí accedió a lo que es hoy la costa de Shad Irhm y la península de Alme. Aunque el reino enano no cayó se vio severamente dañado. Con las riquezas conseguidas Corus trajo mercenarios de Cargum y de Antiguo Reino, y se lanzó nuevamente contra Grauon, logrando su caída en el 572. Continuó batallando de esta forma asimétrica. Sabedor de que los enanos eran muy buenos resistiendo posiciones pasivas, se dedicó durante toda la campaña a mantener unas fuerzas de asedio modestas mientras lanzaba a todo su ejército contra una ciudad en concreto. La gran movilidad de las tropas Corusianas eran impresionante, ya que un día podían estar tomando una ciudad en el extremo sur del país para un par de días más tarde lanzar un ataque masivo en el otro extremo de sus dominios. Muchos eruditos mantienen que eso es debido a que el ejército de Corus era más numeroso de lo que se cree, pero si eso fuera cierto sería tan numeroso que habría destruido todos los recursos del estado. Académicos más imaginativos sostienen que poseía algún tipo de transporte desconocido, pero ese dato tampoco ha sido contrastado. Sea como fuere las victorias se fueron sucediendo una tras otra. En el 588 Arefad estaba reducido a solo un par de ciudades, en el 591 Wurtan dejó de existir. En el 595 la situación con Phileim estaba tan estancada que Corus amplió sus conquistas por el norte, empujando a los elfos a las montañas, a excepción de un reducto que quedó en el Bosque Grande, y avanzó por territorio orco hasta conquistar la franja de terreno conocida hoy en día como estado Isomor. En el 599 volvió a marchar contra Phileim. En el 601, Corus, con una edad de 97 años, moría como había vivido, en el campo de batalla. Su hijo Horos, el único de todos sus hijos que aún seguía con vida, tomo la corona de su padre de su cadáver aún caliente y consiguió una aplastante victoria. Justo después de esa batalla, el Reino de Corus se extendía desde el río Naulme, en Isomor, hasta la cordillera Covelina, y desde Pilrhum hasta Phileim, al este de los Montes sonrientes. La zona hoy conocida como los Elfos del Interior les rendía tributo, aunque de una forma un tanto levantisca.

Durante los años sucesivos los herederos de Corus no pudieron evitar que el gran imperio se fuera poco a poco desgranando. Primero fue Arefad, luego los Elfos del Interior. Shad Ihrm (por aquel entonces conocida como La Gran Llanura) hubo de ser abandonada a causa de una epidemia desconocida, quedando solo el control de Widana, que se declararía independiente años más tarde. La situación en Isomor se fue haciendo cada vez más insostenible, hasta que las múltiples razias de orcos y ogros obligaron a abandonar el territorio. Poco a poco el reino fue decayendo, al tiempo que, irónicamente, crecía el poder real, ya que la nobleza tenía sus territorios en la frontera.

Cuando Eric Samoeno comenzó sus campañas, Corus era un reino desmoralizado, anclado en un pasado glorioso que apenas duró un suspiro. Los preparativos para la guerra fueron realizados sin mucho ahínco, llegando incluso a sugerir una tímida alianza con Arefad, que los enanos rechazaron. Sin embargo, cuando las tropas de Eric cruzaron el Igor, frontera natural entre Corus y Arefad, algo despertó en las dormidas almas de los corusianos. Por primera vez en toda su historia una potencia extranjera amenazaba sus territorios. El pueblo estalló en armas. Donde los poco preparados ejércitos regulares caían ante el poderío del ejército imperial, los lugareños tomaban las armas y emprendían una guerra de guerrillas para las que Eric no estaba preparado. Su avance fue lento, expuesto siempre a una rotura de sus líneas de suministro. De esta forma el avance del ejército fue detenido en Holimar. Cuando en el 1330 las tropas del Eric abandonan el sitio de Thildea, un cambio de rumbo se hace sentir en todo el ejército imperial. Las ofensivas contra Holimar se espacian hasta casi detenerse, y en el 1385 se firma el tratado de Ormal que pone fin a la guerra.

Según se cuenta la campaña del emperador fue un revulsivo para la sociedad corusiana. A raíz de esta guerra se modernizó el ejército, estableciendo el actual sistema de campaña continuada con rotación de las tropas cada tres años. Corus volvió a reiniciar sus conquistas, sin mucho acierto, pero con una elevada moral. Cuando el Emperador se plantó en la frontera, Corus estaba deseando encontrar un enemigo con el que medirse. Esta vez los enanos de Arefad acudieron a la llamada y juntos consiguieron derrotar al invasor. No solo eso, sino consiguió el control del protectorado de Interiver, que anteriormente había sido arrebatado por el Emperador a Ös. Por primera vez desde su fundación el reino de Corus tenía territorios en el extranjero fruto de la conquista. Gracias a eso los deseos expansionistas de Corus han aumentado y ya hay voces que presagian el retorno a los gloriosos comienzos del reino.

Tramas y rumores

Reliquias olvidadas: Un ministro especialmente competente de la Iglesia de Corus cree estar tras la pista del verdadero emplazamiento del Cetro de Eric. Según cree enanos de Miast lo escondieron en las antiguas ruinas de Kasdert y se está organizando una expedición para encontrar las míticas ruinas.

El gigante despierta: Corus se prepara para una guerra. Por la campaña contra el Emperador sabe que el aire es un nuevo campo de batalla y ha colocado criaderos de dracos ocultos por todo el reino. El problema es que a veces escapan y necesitan de gente discreta que los elimine antes de que llamen la atención de sus enemigos.

De Campaña: Como parte del programa de entrenamiento conjunto una fuerza de caballería corusiana se ha unido a los jinetes shadianos para lanzar una operación de castigo contra el Hogar del Orco. Sin embargo la intención de los corusianos es lanzarse contra Widana para tantear sus defensas. Se debe actuar con suma cautela para evitar que los shadianos se sientan ofendidos.

Personajes

Su Alteza Kyren de Corus (humano Guerrero 6/ Aristócrata 3/Señor de la Guerra 5): Actual rey de Corus. Hace tiempo tomó la determinación de dejar las tareas del gobierno en sus fieles ministros y se ha dedicado en cuerpo y alma a rearmar su país. Luchó contra el Emperador cuando aún era Canciller y ha aprendido muchas cosas de su liderazgo carismático. Se obstina en ser amado por su pueblo, aunque tenga que obligarlo para ello.

Príncipe Holyr (humano guerrero 7/ Señor de la Guerra 1): Hijo del rey Kyren y su legítimo heredero. Su hermano mayor murió en una campaña y él le ha cogido algo de miedo a las acciones militares. Aún así se entrega en cuerpo y alma a la carrera de las armas y ha sido nombrado Canciller de pleno derecho. No obstante teme un enfrentamiento a gran escala, ya que hasta ahora todos sus combates han sido relativamente fáciles

Su Ilustrísima Lohenir de Erinor (humano aristócrata 7/ Maestro de espías 4): Primer Ministro de la Iglesia de Corus y principal consejero del rey. Nacido en el seno de una familia humilde ha tenido que mentir, robar y asesinar para llegar a donde está. Sin embargo no desea ningún beneficio personal, cometiendo todas sus canalladas por el bien del reino. No ha perdido nada de su toque y de vez en cuando le gusta disfrazarse e infiltrarse en territorio enemigo para tener informes de primera mano.

 

 

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Cita

«El valor que va contra la eficacia militar es estupidez, o, si se insiste en el mismo por parte de un comandante, irresponsabilidad.»

Rommel (atribuida)