Fin de fiesta
Semilla de aventura para Rol Negro
Un yate de recreo, el Arlequín, propiedad de un empresario local, zarpó un viernes por la tarde con destino a "ninguna parte": unas millas fuera de la costa, mar en calma, música a todo volumen y alcohol a raudales. A bordo, seis jóvenes de familias influyentes, acompañados por dos marineros contratados para llevar la embarcación y un camarero encargado de mantener las copas llenas. No volvieron.
Durante tres días, los móviles apagados, los GPS en silencio. Cuando una patrullera de la guardia costera lo localizó a la deriva, la escena era un cuadro de horror: la cubierta salpicada de sangre, muebles destrozados, botellas rotas, las cabinas revueltas de proa a popa. Encontraron tres cadáveres -los dos marineros y el camarero-, ejecutados de manera brutal. De los jóvenes, sólo tres aparecieron muertos en cubierta, con signos de violencia. Los otros tres habían desaparecido.
El hallazgo explotó en los medios: apellidos conocidos, fortunas familiares, negocios sucios flotando en la superficie. Pero en Cunia, como siempre, nadie quiere tirar demasiado del hilo.
Cada uno de los chicos y chicas tiene una historia que puede abrir puertas… o cerrarlas.
- Álvaro Montesinos (20 años), hijo del constructor Montesinos, un empresario ligado a licitaciones públicas y a sospechas de sobornos. Álvaro era conocido por su carácter violento, especialmente cuando bebía. La autopsia revela que peleó antes de morir: nudillos partidos, mandíbula rota. Podría haber provocado algo… o haber intentado detenerlo
- Clara Villanueva (19 años), nieta de un exalcalde de la ciudad, aspirante a influencer. La encontraron muerta en una de las literas, parcialmente cubierta con una manta, como si alguien la hubiese intentado ocultar. En su móvil (destrozado, pero quizá recuperable) hay fotos de la fiesta: botellas, risas… y un invitado que no figura en la lista
- Rubén Calderón (19 años), DJ aficionado, hijo de un político local. Su cadáver apareció con un disparo en la nuca. Ejecutado. En la cabina del barco hay restos de polvo blanco, restos de lo que parece cocaína de gran pureza. ¿Trajo la mercancía él, o alguien más la subió a bordo?
- Elena Durán (20 años), desaparecida. Hija de un empresario de import-export, con contactos en medio mundo. Encontraron su bolso vacío en cubierta. Entre sus pertenencias: un mechero de un conocido club nocturno, uno de esos donde sólo entras si conoces a alguien muy arriba
- Luis Falcó (20 años), estudiante de Derecho, hijo de un juez de la Audiencia Provincial. De todos, el más discreto. No hay rastro de él. Un detalle: la caja fuerte del yate estaba abierta y vacía. Nadie sabe qué había dentro, pero Luis tenía acceso al código. ¿Se lo llevó? ¿Fue obligado?
- Marta Ibáñez (18 años), hija de un magnate farmacéutico. Tampoco está entre los cuerpos recuperados. Sus redes sociales muestran mensajes recientes donde se quejaba de "estar harta de los amigos de papá" y de querer largarse a otro país. ¿Se fugó en medio del caos o fue la primera en caer?
El caso revienta en los medios, pero enseguida se desinfla. Los apellidos pesan demasiado: lo último que quiere la élite de Cunia es que alguien airee trapitos sucios de la juventud dorada. Oficialmente, el sumario habla de "asalto de piratería" y "ajuste de cuentas por drogas". Pero cualquiera que se acerque un poco se da cuenta de que las piezas no encajan.
Los jugadores, periodistas, investigadores privados o policías con algo de margen de maniobra, pueden empezar a seguir las piezas sueltas:
- La mercancía: El yate pudo ser usado como transporte para mover drogas o documentos sensibles. El grupo joven era sólo una pantalla. Algo salió mal: un socio quiso quedarse con el cargamento, o los chavales descubrieron más de lo que debían
- El invitado fantasma: En las fotos de Clara aparece alguien más. Nadie sabe quién es. Si se logra identificar, podría ser el asesino, o una víctima más que nunca se encontró. La clave está en rastrear a ese rostro
- La mano de los padres: Las familias de los desaparecidos mueven hilos. Quizá uno de ellos quiso silenciar un escándalo, ordenar un "susto" que acabó en carnicería, o eliminar a un heredero problemático. Pueden descubrir que el verdadero culpable lleva traje y corbata, no pistola…
- Vendetta: …o quizás alguno de los padres ha molestado a quien no debería y para darle una lección, ya sea raptándolo o asesinándolo, han ido a por su familiar, llevándose por delante a todos los que se encontraron
- La fuga: ¿Y si alguno de los desaparecidos sigue vivo y no quiere ser encontrado? Quizá Marta o Luis vieron la oportunidad de huir y la aprovecharon, dejando tras de sí una matanza que otros tendrán que explicar
El yate no estaba tan lejos de la costa. ¿Nadie oyó los disparos? ¿Nadie vio nada? Pueden indagar en los pescadores, en otros barcos privados, en radares apagados aquella noche. Quizá la respuesta está en tierra, no en el agua.
