Submarino de contrabando

Los submarinos de contrabando o "narcosubmarinos" son vehículos con capacidad subacuatica destinados a transportar cargamentos ilegales de diversos productos hasta la costa.

Inicialmente eran vehículos semisumergibles que apenas sobresalían del agua más que por la cabina y un par de tubos de aire, equipados con motores diesel-eléctricos, más silenciosos que otros modelos y un casco de fibra de vidrio destinado a reducir la reflexión de las ondas de radar. Su diseño los hacía prácticamente indetectables tanto para la vista humana desde el suelo como para el radar, sin embargo a vuelo de pájaro resultaban bastante fáciles de detectar.

La necesidad de mejora ha llevado al desarrollo de verdaderos submarinos de bajo coste. Exentos de cualquier lujo, pero con la tecnología más puntera, con su casco de fibra de vidrio de diseño apantallado, el motor diesel-eléctrico, difusores de huella térmica, sistemas de navegación avanzados… son un gran método de infiltración y una autentica pesadilla para los guardacostas.

Su capacidad de carga ronda las 10 toneladas (o 10 m3) y necesita ser operado por 5 tripulantes, alcanzando velocidades punta de 35 km/h y pudiendo sumergirse hasta 100 metros sin problemas. Además su diseño de poco calado los permite acercarse a zonas muy próximas a playas o remontar muchos ríos.

Estos submarinos habían pasado totalmente desapercibidos para las autoridades hasta principios de Julio de 2010, cuando encontraron un vehículo de este tipo en las últimas fases de construcción por un cartel colombiano.

Sin embargo en Cunia hay operando al menos dos de estos aparatos, propiedad del clan Stenka, y que utilizan tanto para el tráfico de sus propios productos como el de aquellos que estén dispuestos a pagar el precio.