¿Y si ganaron los franceses?
Lo sé, suena a locura, ¿quién querría que nos ganaran los franceses? Es más, ¿qué español de bien querría que ganara Francia a algo? Con el gusto que ha dado estos años ver a Rafa Nadal ganar el Grand Slam de tierra batida. Catorce veces, que se dice pronto… A quien se sienta patriota el título le ha debido de hervir la sangre; quien os escribe estas líneas también tiene sentimientos encontrados con esto, pero, familia: esto es rol. La historia en una partida no la hace un libro de historia, valga la redundancia, la hacen todos los integrantes de la mesa de juego.
Huelga decir que lo escrito en el anterior párrafo es fruto del humor. Nadie de la revista tiene (mucha) inquina contra nuestros hermanos galos. Ni que fueran ingleses… Bromas a parte, planteemos el siguiente escenario: la guerra de Independencia la perdimos. España y la península tal y como la conocemos no existen; los hechos históricos recientes de nuestro país en los últimos dos siglos no han ocurrido jamás, o han acontecido de una forma muy distinta. Hace 200 años quienes pudieron combatir a las tropas napoleónicas claudicaron. Nuestras tierras pertenecen a la República de Francia, o nuestro territorio ahora es un estado satélite dependiente de Francia; en cualquier caso, los dirigentes peninsulares son peones al servicio de Napoleón Bonaparte. ¿República? Giro interesante si Francia fuera monarquía de nuevo…el cerebro rolero, frío y calculador de Director de Juego dando vueltas a las cosas…
Volviendo a la premisa del primer párrafo: la historia de la partida es de quienes integran la mesa de juego. En juegos históricos como este se busca que el sistema de juego y lo narrado entre las páginas de los manuales se ajusten en un principio a la fidelidad de lo acontecido en la realidad. Esos ajustes ayudan a que usando la ambientación presentada y modificada para las sesiones, no sea necesario cambiar nada o casi nada del sistema.
La labor del Director de Juego previa a la partida (y durante la misma), a parte de las ya habituales, es en este caso la de cambiar la historia ya establecida. Hacerse preguntas es un buen método para establecer el nuevo mundo en el que Francia nos invadió. ¿Qué cuestiones podrían hacerse para el juego que nos atañe? He aquí unas cuantas:
- ¿En qué año se desarrollaría esta etapa alternativa? Si se quiere mantener el espíritu del juego 1808, esta etapa alternativa podría desarrollarse en los años posteriores a 1808.
- ¿Quién gobierna? Presumiblemente Pepe Botella, José I Bonaparte, iniciando una dinastía de reyes. Seguramente usar su mote sería un delito parecido a la sedición. Sin embargo, Fernando VII podría seguir vivo, exiliado. Su sucesora, María Isabel Luisa de Borbón y Borbón (nosotros la conocemos como Isabel II) podría llegar a nacer (1830 fue su año de nacimiento real). Por su antiguo rey o por una nueva reina de la familia borbónica los antiguos leales se podrían movilizar…
- ¿Hay resistencia? No habría juego ni partida si no existiera una chispa de rebeldía en los nuevos sometidos a los galos. Además, tendría sentido que guerrilleros que otrora pelearon contra los invasores luchen en su nueva situación contra el régimen recientemente establecido.
- ¿De qué podrían ir las partidas con esta nueva historia? Partidas como guerrilleros españoles y simpatizantes son interesantes. ¿Y si poco a poco se diese la vuelta a la tortilla? También se puede jugar siendo franceses o afrancesados, y combatir contra esos focos de resistencia.
Nota para el Director de Juego: siguiendo el espíritu colaborativo de los juegos de rol, estas cuestiones que cambiarían la historia reciente del mundo podrían ser discutidas en una sesión previa con toda la mesa de juego y que los jugadores opinen. Eso hará partícipes a los jugadores del proceso y estarán más familiarizados con la ambientación y los cambios, por lo que irán con una preparación más profunda a las primeras sesiones y la inmersión estará servida en bandeja.
Estas y otras preguntas podrían ser formuladas. Las posibles respuestas pueden ajustarse lo máximo posible a la historia real, o podría haber giros rocambolescos en el guion, incluso con personajes que históricamente no existieron o no fueron relevantes para la contienda histórica. Las únicas respuestas correctas a las preguntas son las que hagan que los jugadores y el Director de Juego (todo el grupo, vaya) disfruten de la experiencia. Aunque la trama se pudiera ajustar a lo que pudiera haber pasado si nuestros vecinos nos hubieran ganado no son más que especulaciones, y aunque sería una conversación digna de una sobremesa, lo único cierto es lo que los anales de la historia guardan.
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