Nº: 244 . 3ª época. Año VI
Comandos: Misión de Dios Por: Jacobo Peña Conversa
 
 
    Portada
 
    Redacción
 
    Afición
 
    Ambientación
 
    Reglas
 
    Equipo
 
    Sucesos
 
   Aventuras
     Exo
     Comandos
     Semillas
     Semillas
 
 
 

Misión de Dios

La más famosa aventura publicada para Comandos de Guerra, «Alejandreta», no solo incluye una interesante campaña principal, sino que en cada capítulo de cada ciudad que visitan los persona-jes se incluyen semillas de aventura corta. Estas puedan servir como entretenimiento adicional al grupo de personajes que de meterse en más problemas, o como forma de variar la temática de la aventura para la Dirección de Juego.

En la propia campaña se deja a la capacidad de la dirección del juego desarrollar cada una de estas semillas. Pero, siempre con el ánimo que tiene esta revista de facilitar la vida a las mesas de juego, vamos a dar aquí la versión más completa de una de esas interesantes semillas, para ser usada por quien dirija Alejandreta, o incluso como aventura independiente para un grupo de juego instalado en Italia, siempre que tenga buen corazón.

Tienes una descripción de la campaña Alejandretta en este enlace Ver. Además, puedes encontrarla en tus tiendas de rol habituales.

Reunión en el Angélica

Si estás jugando Alejandretta, la parada en Roma debería servir al grupo de personajes tanto para confirmar que allí no se encuentra en la actualidad ninguno de los pedazos de la reliquia, como para buscar información adicional sobre la historia de esta que podría guardarse en los Archivos Vaticanos, incluyendo información que no hubieran encontrado en los capítulos de Edimburgo y Londres.

La persona que la campaña nos ofrece como contacto para acceder a los archivos y con posibili-dad de ayudar a los personajes, es monseñor Nuel. Este anciano de origen español, estrafalario y religiosamente fuera de lo común, puede también guiarles hacia la pista de los Montiel en Roma.

Si es convencido por los personajes de ayudarles, lo hará a cambio de un favor enorme, que les llevará a la semilla de aventura llamada «Misión de Dios». Tan pronto Nuel entienda que los per-sonajes son gente de acción y en especial si han sido lo bastante sinceros con él, les citará en uno de los restaurantes que se mencionan en la campaña, el Angélica. Este local se encuentra dentro de la misma ciudad del Vaticano. Es un lugar oscuro, sencillo y con reservados discretos. Lo atiende un grupo de primos (Giaccobe, Annibale, Giovanni, María Angélica, Giuseppe y Grazia) descendientes de la Angélica original, abuela de todos ellos, guardan parecido en el físico y las formas. Sirven comida tradicional y se comportan como si tuvieran detrás a la principal familia ma-fiosa del país para protegerles. Esto no es cierto, salvo que quieras contar como tal las simpatías que en el Vaticano tienen por este restaurante.

En la privacidad de este lugar Nuel les hablará de una carga importante que se ve obligado a sa-car del país. No se trata de un asunto oficial del Vaticano pero sí «oficial». Al menos, personas del ala progresista de la curia romana están interesadas en que se lleve a cabo. La carga, esto no lo ocultará, son personas, extranjeros que han entrado en el país discretamente y que desean abandonarlo rápidamente. Noel no especificará de qué tipo de migrantes se trata ni el motivo de su viaje bajo ningún concepto. Está dispuesto a poner algo de dinero sobre la mesa si hace falta, pero espera sinceramente que sea el deseo de servir al bien lo que mueva a los personajes. Les asegurará que estas personas están siendo perseguidas injustamente, decepcionándose mucho si el grupo de pnjs se decanta por cobrar la misión.

Esta consistirá en reunirse en un lugar discreto del barrio periférico de San Basilio con un contacto que les proporcionará un camión cubierto. Los pasajeros estarán allí cuando lleguen. Deberán conducir ese camión hasta el Puerto de Roma, situado a 30 kilómetros de la ciudad. Allí, un pequeño barco de pesca recogerá los pasajeros y los llevará hasta aguas internacionales, donde un segundo buque de mayor tamaño les sacará de allí hacia un país seguro. Conviene que alguno de los personajes suba al primer barco para asegurarse de que los migrantes son recogidos antes de volver. Regresarán con el camión hasta el mismo punto en el que lo cogieron, si no hay incidentes.

En caso de que sean detenidos por la policía y la misión fracase, pueden contar con algo de ayu-da del Vaticano para defenderse de las acusaciones y salir con bien en pocos días (no queremos que la campaña fracase tan fácilmente). Aunque esta ayuda puede depender de la que hayan liado durante la misión. El asesinato a sangre fría de un caravinieri no es algo de lo que les pudieran librar fácilmente.

Ruta nocturna

La cita tendrá lugar en una calle del barrio de San Basilio, al noroeste de Roma. Este barrio ha sido durante siglos un lugar de granjas y fincas, pero en 1937 está sufriendo en el momento que lo visitan los personajes una profunda transformación, para convertirse en uno más de los barrios residenciales. Se están levantando numerosos edificios de viviendas para alojar a población venida de fuera de Roma, con lo que no llaman la atención grupos de personas yendo y viniendo, en especial en vehículos como el que les tienen preparado desde el Vaticano. Además, hay pocos habitantes más allá de los obreros en viviendas provisionales y las muchas granjas que sobreviven. Alrededor de estos nacientes núcleos residenciales.

La noche acordada, junto a uno de esos edificios en construcción, esperará al grupo un tal Bruno Petri. Este hombre con alma de santo, brazos de estibador y voz de oso les presentará el vehículo, una camioneta con toldo de la marca Berliet, modelo GDH. Tiene más de una década, pero ya sabéis que antes los vehículos se hacían para durar.

Camioneta Berliet - Francia - VL - Vel. 65 - Acel. 5 - Aut. 300 - BCF 8, BCL 8, BR 5, BCP 3, BB 10

Publicidad de camioneta Berliet. Guía de carreteras Uribe. Dominio Público.'>

[F]Autor desconocido (1926). Publicidad de camioneta Berliet. Guía de carreteras Uribe. Dominio Público.

En la plataforma de carga verán ya apiñados a cuatro hombres ancianos, seis mujeres de diversas edades y tres niños de menos de diez años. Llevan maletas sencillas y viejas, atadas algunas con cuerda. Sus ropas de viaje y sus rostros cansados cuentan una historia de angustioso recorrido. Alguno de ellos es capaz de hablar un poco el italiano y el francés si hace falta. Todos hablan alemán y… ¿alguno de los personajes habla yiddish? Es fácil adivinar que se trata de ciudadanos alemanes de etnia judía que quieren escapar del régimen nazi y tampoco encuentran especialmente confortable el fascismo italiano. Aunque la persecución más brutal y directa de los judíos comenzaría en Alemania en 1938, estos ciudadanos han decidido adelantarse y buscar asilo en los USA. El Vaticano, que aún no se ha visto obligado a colaborar abiertamente con Alemania, ha movido algunos hilos para empezar a sacar grupos de judíos del país.

Tres de los personajes podrían viajar en la cabina de la camioneta incluyendo a quien conduzca. El resto pueden apretarse con los pasajeros en la plataforma de carga.

Para llegar hasta el puerto de Roma los personajes deberán dirigirse hacia el suroeste, teniendo la posibilidad de circular por una red de carreteras, tanto directas como indirectas, en esa dirección. Esto debería ayudar a evitar ser seguidos, o perder a perseguidores. Es verdad que el terreno no es particularmente abrupto por lo que verles moverse de día no sería complicado, pero de noche es otra cosa. A lo largo del recorrido podría haber controles policiales, curiosos o incluso algún italiano perdido preguntando direcciones. Se imponen algunas tiradas para salir discretamente del barrio de San Basilio y evitar controles policiales (Callejeo), o atravesarlos con la documentación de Bruno y algo de labia (Burocracia, Dialéctica).

Se imponen sin duda algunas tiradas para salir discretamente y evitar controles policiales que los habrá o atravesarlos con la documentación de Bruno y algo de labia.

Los personajes deben ser conscientes de que un camión cargado va a llamar la atención a esas horas, pero Bruno les habrá proporcionado documentación según la cual transportan material a las obras del aeropuerto de Fiumicino, que también se encuentra en construcción en esa misma época. De hecho, un desvío de algunos kilómetros para meterse por las obras del aeropuerto, casi desiertas a esas horas, puede interesarles para pasar desapercicbidos.

Otro posible punto de interés para el viaje sería un antiguo cementerio fuera de uso en el que po-drían esconder el camión un par de horas, o incluso cubrirse tras las lápidas en caso de tiroteo.

Algunas ruinas de antiguas villas romanas también permanecen por allí y pueden ser tanto un refugio como un obstáculo si se ven obligados a salir de la carretera.

Camisas ebrias

¿Y quiénes son esos posibles perseguidores de los que hablamos? El verdadero incidente peli-groso del camino tendrá lugar en un momento en el que circulen por una carretera recta y tranqui-la. De frente, observarán un vehículo que se acerca. Es un utilitario grande y posiblemente caro. Aunque de noche es difícil ver la marca hasta que lo tengan encima, se trata de un lujoso Fiat 527 que en este momento llenan seis camisas negras.

Berlina Fiat 527 - Italia - VL - Vel. 68 - Acel. 5 - Aut. 230 - BCF 6, BCL 6, BR 3, BCP 6, BB 5

[F]Autor desconocido (1934). Fiat 527 Sedan. Dominio Público.

Vienen de tomar copas en un local del puerto y andan algo exaltados. Cuando se acerquen de frente a la camioneta, comenzarán a pitar para que esta deje espacio en la carretera. Los perso-najes escucharán vivas al Duce y verán cómo un par de ellos se asoman por las ventanillas tra-seras para agitar sendos palos de los que cuelgan banderas.

Suponiendo que los personajes les dejen pasar por elemental prudencia, el clavo con el que uno de los mástiles sujeta la bandera se enganchará en la lona que cubre la plataforma de carga de la camioneta. El fuerte tirón arrancará la bandera del brazo del camisa negra, luxándole además el hombro. Pero la lona se abrirá lo suficiente como para que los fascistas observen que hay perso-nas apiñadas en el interior del compartimento de carga. Esto será suficiente para avivar sus sos-pechas patrióticas y el conductor hará girar el vehículo en redondo para iniciar una persecución, con tiroteo incluido al vehículo de los personajes.

Si el conductor de la camioneta pasa una tirada de Alerta, verá de inmediato el giro del Fiat y la distancia inicial entre ambos vehículos serán 200 metros. De lo contrario, será de 100 metros. El conductor del Fiat sabe lo que se hace pero ha bebido, por lo que tiene un grado de dificultad a sus tiradas. Los dos camisas negras con pistolas comenzarán a disparar contra la cabina de carga en cuanto estén a distancia adecuada. Los rangos de persecución serán de 100 metros y habrá enfrentamiento de persecución cada tres asaltos. Los personajes logran escapar si se colocan a 300 metros de los perseguidores y pasan una TA de Camuflaje para esconder el vehículo en un lateral, o si se colocan a 500 metros. La DdJ podrá otorgar o restar grados de dificultad depen-diendo de las ideas de los personajes. Si la persecución dura más de 20 asaltos, esta habrá lle-gado a las cercanías del puerto. A partir de ese punto, los rangos pasan a ser de 50 metros y se perderá a los perseguidores a los 100 metros de distancia con tirada de Camuflaje o a los 150 de distancia, sin ella.

CAMISAS NEGRAS (6 en total)

Valor medio de atributos por característica:
CUE 6
DES 4
INS 5
INT 4
PRE 6

Habilidades:
Armas blancas 14
Armas contundentes 16
Descubrir 15
Lucha desarmado 17
Pilotar coches 17
Pistola 15

Otros datos
Puntos de vida 18
Puntos de moral 15
Modificador de moral +2
Mando 12
Alerta 12
Esquivar 14
Iniciativa 5,4

Equipo
Navaja (1) - I+2
Mástiles (2) - I+3
Pistola (2) -
Botella de licor (1) - I+1

Dependiendo de cómo termine esta escena, los personajes pueden verse en un grave problema. En las pruebas de juego de esta aventura, se hicieron perseguir hasta el viejo cementerio y allí, una tirada catastrófica del conductor del Fiat hizo estrellarse a toda velocidad, quedando la mayo-ría de camisas negras muertos o gravemente heridos.

En un caso así, hay muchos sitios donde enterrarles en la zona, pero poco tiempo. Hay bastantes cimientos excavados en el cercano aeropuerto, pero también algo de vigilancia. Se les podría lle-var hasta la costa y arrojar al mar, pero en ninguna de estas soluciones se tiene en cuenta lo más complicado: hacer desaparecer un carísimo utilitario de lujo del que solo se fabricaron mil unida-des en toda Italia.

En todo caso, supongamos que los personajes logran o despistar a los camisas negras, o elimi-narlos y esconderlos eficazmente. Vayamos al puerto.

A bordo

Una vez los personajes llegan al puerto de Roma, habrán pasado lo peor de su viaje, aunque no habrán acabado los riesgos. A pesar de ser de noche, hay más movimiento allí que en otras zonas que han atravesado. Marineros de permiso pasean balanceando su ebriedad, proxenetas vigilan a las mujeres explotadas y algunos oportunistas buscan a quien atracar. Por supuesto, hay autori-dades portuarias vigilando y, en general, un grupo variopinto de extranjeros moviéndose a la vista de todos va a llamar la atención. Así que se impone, unas tiradas de Esconder o Callejeo para los personajes y de Camuflar para el vehículo, de cara a llegar hasta el muelle diecisiete y al barco pesquero «Francesco e Catalina».

El capitán del pesquero no hará apenas preguntas. Está esperando esta carga y no cree que haya posibilidad de error sobre quiénes son los pasajeros a los que aguarda. Los hará subir de prisa y meterse en la bodega, que apesta a pescado. Es de esperar que uno o dos de los personajes suban a bordo, incluso todos, si han dejado en camión en un lugar discreto.

[F]Dollman, John (1884). The inmigrant's ship. Galería de arte del Sur de Australia. Dominio Público.

El «Francesco e Catalina» abandonará de inmediato el puerto y navegará durante dos horas antes de encontrarse con un buque de carga de nacionalidad estadounidense, el Cape Goodspeed. Este proviene de Alejandría y se dirige a Marsella, Gibraltar y Nueva York.

Los migrantes judíos se despedirán de los personajes jugadores con fraternales abrazos y salmos, antes de subir en una de las barcas de salvamento al buque de carga.

La vuelta será igual de tranquila que la ida, pero cuando se estén acercando al puerto, la Direc-ción de Juego deberá decidir como de discretos han sido los personajes en general. ¿Cómo de posible es que se haya detectado el embarque de los refugiados en el pesquero? ¿O que se haya encontrado a los camisas negras, o que estos hayan sobrevivido y encontrado el camión?

En ese caso, los personajes podrán observar la actividad policial en el puerto esperando al pes-quero, antes de entrar en los límites de los malecones del puerto. Una posible solución sería lan-zarse al agua y nadar cuando ya estén cerca. De hecho, el capitán del «Francesco e Catalina» lo sugerirá enérgicamente si a nadie se le ocurre otra solución. Nadar de noche (aunque casi ama-neciendo) es bastante peligroso, pero el capitán no renunciará a ninguna de sus dos barcas de salvamento, porque esto delataría la huida de los personajes. Prefiere afrontar las consecuencias de este trabajo ilegal con las menos pruebas a bordo posibles.

Si los personajes llegan a ser detenidos, no serán particularmente maltratados. Se les encerrará por separado, sin agua y sin comida pero, salvo aquellos que provengan de etnias «despreciables» (árabes en general, gitanos, judíos, pobres en general...) serán tratados con respeto, en especial si juega la carta de militares. El problema, por supuesto, de jugar esta carta es que se les considere espías, lo que podría tener gravísimas consecuencias, de las que solo la intervención del Vaticano les libraría.

En el peor de los casos, si la acusación fuese grave, pero con pocas pruebas, el Vaticano podría lograr que en una semana se les libere, a condición de que se presenten en Roma tres meses después para el juicio. Un golpe duro para su reputación pero deja abierta así la posibilidad de seguir con la campaña.

 
Sombra    
 
Ediciones    
 
Distrib.    
 
Virtual    
 
Som Con    
 
Números    
anteriores
   
 
« Pág. anterior Subir Pág. siguiente »
¿Quieres comentar algo de este artículo con nosotros?
Versión imprimible