Número: 223.     4ª época.     Año XXI     ISSN: 1989-6289

223 > Equipo > Comunicación > Libritos de postales (CdG). Por: Jacobo Peña Conversa

 

Libritos de postales

Ya vimos en un artículo anterior lo importante que puede ser recibir correo de tu familia cuando estás en el frente. Por supuesto tu familia también espera reciprocidad y que le envíes cartas cuando te sea posible.

Quienes pasamos de cierta edad recordamos que era habitual, al salir de viaje, comprar una postal allí donde estabas y enviarla manuscrita con saludos y descripciones de lo bien que lo estábamos pasando.

Más tiempo atrás era normal que los viajes fuesen menos frecuentes pero durasen más días, tanto por el tiempo de traslado como porque quienes viajaban lo hacían desde una posición acomodada, por motivos de trabajo o, como podría ser el caso de los personajes, desplazados por la guerra. Era normal que en el transcurso de estos desplazamientos se escribieran varias cartas o postales a una o varias personas.

Para este menester existían los libritos de postales, colecciones de tarjetas que podían separarse individualmente del taco para ser enviadas. Como cada una venía acompañada de una imagen distinta del sitio que estuvieras visitando, además de para comunicarte con los seres queridos, mucha gente las compraba como recuerdo del viaje.

Imagen de Jacobo Peña Conversa (2023). «Postales», publicada con Licencia CC Atribución 2.0.

Imagen de Jacobo Peña Conversa (2023). «Postales», publicada con Licencia CC Atribución 2.0.

Así, si el grupo de personajes se encuentra en una ciudad lo bastante alejada del frente como para vender estos libritos, podría hacerse con uno de ellos e ir enviando postales cada cierto tiempo en lugar de tener que recurrir a cualquier papel sucio para enviarle unas palabras a la familia.

Los libritos de postales tendrán entre doce y cincuenta de estas, pudiendo compartirse entre varios personajes hasta acabarlo.

Efecto en la entrega de correo

Es complicado atribuir efecto en las mecánicas de juego algo tan sencillo y mecánico como acordarse de comprar un librito de postales. Sin embargo, tenerlo a mano y usarlo regularmente haría entender a la dirección de juego que se está haciendo el esfuerzo narrativo que se exige para obtener un nivel menos de dificultad a la tirada de moral cuando se recibe el correo.

También podría la dirección de juego otorgar un punto de experiencia adicional a cada personaje que, al abandonar un país o ciudad en la que ha estado un cierto tiempo, conserve un recuerdo del mismo. Una de estas postales, si no la envía, podría servir como tal recuerdo.