DESDE EL SÓTANO
Nº: 55 . 3ª época. Año III
Tótem H'sar Por: Rubén Ramos
 

Tótem H´sar

Si alguien ajeno a la raza de hombres serpiente, pudiera alguna vez entrar en el zigurat principal de S´siarash, se daría cuenta de que esta raza tiene, a pesar de todo, un hermoso concepto de la belleza. Dentro del templo, se guarda, bajo una férrea vigilancia, una enorme escultura totémica de la dualidad divina a la que rinden culto, de casi unas cuatro varas de altura, por unas dos de anchura. Representan a dos jóvenes h´sar, uno de color blanco, y otro de color negro (mármol y azabache, los materiales de los que están hechos respectivamente), enzarzados en una lucha que a la vez es un abrazo que podría ser definido como fraternal, tratando de mostrar así, la misma naturaleza de los dioses h´sar, y en definitiva, las bases morales sobre las que se apoyan sus creencias. La base sobre la que se asientan, es una tarima de madera circular de unas seis varas de diámetro, sobre la que se suelen colocar ofrendas por los sacerdotes, bien sea por si mismos, o haciendo llegar las ofrendas que todos los días los habitantes de la ciudad les dejan a la puerta del templo. La cámara donde se guarda, mantiene siempre siete antorchas encendidas, las cuales no pueden dejar de iluminar en todo momento la estancia, por lo que siempre se hacen revisiones periódicas para comprobar el estado de las mismas.

El tótem contiene encerrado en el, un espíritu de la muerte, y otro de la vida (Morka, y Adar, respectivamente, como se conocen a este tipo de espíritus en Pangea), los cuales mantiene una constante lucha que proporciona un frágil equilibrio espiritual. Muy pocas veces, los poderes del tótem han sido invocados por los h´sar, sabedores de que el mismo puede ser a la vez causa y solución de los problemas que tratan de evitar. Para ello, se necesita un ritual de purificación que se prolonga desde una luna llena, hasta la siguiente, jornadas en las cuales, una treintena de sacerdotes, llevan a cabo acciones de limpieza, abluciones, ayunos, períodos de privación de sueño, cantos grupales que se prolongan horas… un exhaustivo ritual, en definitiva, que requiere cierta experiencia. Los sacerdotes, una vez hecho (siendo, la mitad de un dios, y la mitad del otro, por cierto), invocan el poder de los espíritus que habitan el tótem, y les suplican ayuda. A partir de ahí, todo depende de la "suerte", ya que la respuesta suele ser conseguir lo que se pide, pero nos medios para hacerlo, no suelen ser los más deseados para llevarlo a cabo. Por ejemplo, en una época de hambruna, se pidió al tótem que de alguna manera ayudase a los fieles a obtener el alimento necesario. En esa ocasión, quien respondió fue el espíritu del Morka, lo que llevo a traer una plaga de Muerte Roja, en la cual, murieron el número suficiente de h´sar, para que el reparto de comida fuese suficiente para que los supervivientes no pasasen penuria. Un artefacto mágico, como vemos de doble filo, muy poderoso, pero a su vez, peligroso, y por ello usado en circunstancias de extrema necesidad. Sí suele usarse, como un ritualismo informal, pedirse que de saluda a los infantes, ayude en la caza… aunque eso no activa sus poderes, afortunadamente.

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