DESDE EL SÓTANO
Nº: 55 . 3ª época. Año III
Johanna Kirchner Por: Juan Carlos Herreros Lucas
 

Johanna Kirchner

Oponiéndose al fürher

Johanna Kirchner

Johanna Kirchner nació el 24 de Abril de 1889 en Frankfurt am Main. Su familia estaba vinculada a las ideas social demócratas (su abuelo había sido concejal de la ciudad por ese partido) y Hanna (así la llamaban) fue miembro de los Jóvenes Trabajadores Socialistas (SAJ) a la edad de 14 años y del SPD (Partido Social Demócrata) a los 18. Colaboró especialmente con el movimiento femenino y con un periódico del partido. Allí en Frankfurt conoció y trabó amistad con Eleonore Wolf (otra de las famosas opositoras al nazismo).

Durante la Primera Guerra Mundial, Hanna desarrollo una intensa actividad en ayuda de las familias más necesitadas, sobre todo a las mujeres y a los niños a los que la guerra había dejado en una situación muy precaria. Johanna estaba casada y tenía dos hijos en esta época, pero supo compatibilizar su vida familiar con su trabajo de asistencia. Junto a Marie Juchacz funda en 1919 el Arbeiterwohlfhrt (AWO), una organización de asistencia social dedicada a conseguir alimentos para los niños a los que la guerra había dejado en situación de desamparo. Más tarde, cuando la economía alemana sufrió terriblemente por las condiciones de paz impuestas por los vencedores, la AWO tuvo que ampliar sus servicios a todas aquellas familias a las que la recesión había dejado sin nada. Por ejemplo, cuando en 1920 se produjeron los incidentes del Ruhr (la llamada Ruhrkamp), la organización de Hanna se encargó de evacuar a cuentos de niños y sus familia desde el Ruhr a Hesse.

La llegada de Hitler al poder y el crecimiento de la persecución de los políticos no fascistas le pusieron en una situación delicada ya que estaba en el punto de mira de la policía nazi. En 1933 estaba en Suiza organizando la ayuda para los huidos del régimen nazi, cuando las autoridades emitieron una orden de arresto contra ella. Por eso, ella y su familia se trasladaron a Saarbrücken en 1933. Esta ciudad alemana estaba aún bajo la administración de la Liga de las Naciones y los nazis no tenían poder en ella. Allí trabajó como camarera, pero también tuvo tiempo de ayudar a los alemanes emigrados a través del Hilfskomitee für verfolgte Antifaschisten (un comité de ayuda para los perseguidos por el fascismo). También colaboró en la organización del referéndum del Saar, pero en 1935 tuvieron que huir de nuevo a Forbach (en la zona de Alsacia-Lorena, Francia). La ciudad estaba muy cerca de la frontera alemana, ella siguió trabajando en contra del régimen nazi y publicó un periódico informativo con la ayuda de Emil Kirschmann.

Cuando empezó la Segunda Guerra Mundial, Hanna y su familia emigraron a París. Desde allí, Hanna siguió trabajando para el SPD en el exilio y con el movimiento de resistencia alemana. Dirigía el Saarflüchtlingskommitee (Comité de refugiados del Saar), cuyo principal trabajo fue la producción y distribución de diversos panfletos ilegales (en Alemania, claro).

Volvió a colaborar con Eleonore Wolf (aunque ella pertenecía a la organización del partido comunista alemán) y juntas consiguieron sacar de la región del Saar a muchos responsables del movimiento obrero y que el editor Wolfgang Abendroth publicara die Einheit der Arberiterbewegung in der antifaschistischen Arbeit (Unión del Movimiento Obrero contra el Fascismo).

Francia fue conquistada por los alemanes, más rápido de lo que Hanna había pensado y las nuevas autoridades francesas la internaron en el campo Gurs. La presión de algunos amigos franceses la sacaron del campo, pero el gobierno de Vichy, en vez de liberarla, la entregó a la Gestapo en 1942.

En Mayo de 1943, un Volksgerichshof (tribunal popular) la condenó a 10 años de trabajos forzados por traición. Pasó el primer año de cautiverio en la prisión de Cottbus donde conoció a algunas de las integrantes del famoso grupo conocido como la Orquesta Roja. En 1944 su caso fue revisado por el tribunal y el juez, Roland Freisler, jefe de los Volksgerichshof cambió su condena por una sentencia de muerte. Eran los momentos finales del régimen y tenían la necesidad de mostrar una autoridad implacable para mantener el control dentro de su castigada población. Hanna fue trasladada a la prisión de Plötzensee en Berlín. Allí, la sentencia dictaba que se la ejecutaba por hacer propaganda marxista (en realidad, la sentencia ponía 'malvada propaganda marxista'). El 9 de Junio de 1944, Johanna Kirchner fue ejecutada.

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