DESDE EL SÓTANO
Nº: 211 . 3ª época. Año III
Des Arês Por: Francesc Almacelles
 

Des Arês

[E]'../../imagenes/211-06b.jpg' '211-06.jpg' 'Plano de Des Arês. Pulsa para ampliar'

Des Arês es un asentamiento que se halla dentro del Bosque de los Ausentes (20041 Ver). Situado pasadas las primeras estribaciones de la Cordillera de Levante en territorio del Reino de Corus, se encuentra en uno de los cada vez más escasos claros en el bosque, donde los caminos empiezan a convertirse en senderos de dudoso recorrido.

Sito a un lado del Sendero de los Orejas, que es continuación del Camino Élfico, y cerca de un pequeño rio sin nombre conocido, uno de los muchos que recorren las laderas de las montañas. Es una agrupación de pequeñas casas y cabañas donde moran un poco más de media centena de almas, dispuestas, con cierto desorden, en una especie de círculo imperfecto.

Aparte de las moradas donde viven sus habitantes se aprecian dos construcciones. En la zona exterior más cercana al camino una, que podría pasar por un viejo almacén, donde los viajeros que hoyan el sendero pueden hacer noche, solo una. Y más o menos en un lado del círculo de las construcciones otro viejo almacén que se utiliza para tres cometidos: como propio almacén, como establo para los pocos animales y como lugar de reunión de sus habitantes. En la parte exterior más alejada del sendero se localiza una pequeña huerta al lado de un sencillo molino, en el rio y que además tiene una zona reservada para un horno.

Asimismo fuera del claro, aprovechando una oquedad en el suelo han construido un pozo de hielo para mantener comestibles ciertos alimentos más tiempo.

Se dedican a la recolección de madera, que apilan en la parte dedicada del almacén. Periódicamente la cargan en carros y la llevan a la ciudad de Baurren, a los pies de la cordillera. Allí la venden, como también algo de la carne de los animales que cazan, y aprovechan para aprovisionarse con los productos que necesitan. Este viaje bien les puede llevar, ida y vuelta, unos cuatro o cinco días.

Un pequeño grupo tiene como misión la caza para aprovisionar de carne al asentamiento. Y aprovechando, realizar tareas de vigilancia de los alrededores para no ser sorprendidos por posibles ladrones que deambulan por el bosque.

Funcionan como una comunidad y delegan ciertas decisiones en unos pocos habitantes que acostumbran a ser personas de edad y que durante su vida han sido juiciosos con sus cometidos. Las grandes deliberaciones siempre se toman en conjunto de todos sus habitantes, escuchando previamente lo que opinan el comité antes mencionado y debatiendo ampliamente las posturas.

Para la mesa de juego este enclave puede ser un buen lugar donde descansar, al menos una noche. Y pueden ser de ayuda con sus habitantes ayudándoles a reparar el molino si se ha estropeado, o con algún ataque mundano, bandidos o animales salvajes, o de espíritus. Estas acciones les congratularan y con posterioridad serán recibidos como amigos y podrán disfrutar de cierta hospitalidad acorde con sus medios. Podrían, asimismo, acompañarlos en su viaje a Baurren haciendo de escolta.

O con otra vertiente, en su primer encuentro pueden ser confundidos con algún grupo de merodeadores que últimamente ronda por esos lares.

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