Madrid no ha caído
Las tropas de Napoleón se han hecho con el control de la capital del reino. Soldados que hablan francés patrullan las calles y hostigan a los locales. Van como Pedro por su casa, y los hijos de Madrid los sienten como lo que son: invasores, enemigos, asesinos, escoria.
Sin embargo, no todo está perdido. La población guarda rencor y ganas de actuar. En las cantinas y los rincones de la villa la gente se mueve clandestinamente, buscando organizarse y expulsar a los hijos de Francia.
En una taberna del barrio de la Latina, en apariencia cerrada, hay una congregación de vecinos que se han movido por indicaciones de don Manuel, el dueño de la cantina donde ahora los vecinos escuchan su discurso.
«Madrid no ha caído. Ni caerá. No mientras el pueblo guarde fe, esperanza y sepa adaptarse. Los fusilamientos son la gota que ha colmado el vaso. Los franceses han pasado a sangre y fuego a nuestros hermanos y hermanas. Ahora no podemos rendirnos. La sangre ha corrido en la Montaña de Príncipe Pío, y los cuerpos de nuestra gente siguen ahí. Ha corrido sangre madrileña. Ahora correrá sangre francesa.»
Idea para el Director de Juego: ¿y si uno de esos vecinos es un afrancesado?¿O un colaboracionista que vende información a los oficiales de Francia?
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