Capital: Arim
Población: 22.528, censados: 12.340 (70% humanos, 15% orcos, 5% enanos, 5% gnoll, 5% otros)
Gobierno: República aristocrática participativa
Religiones: Utay Shim, Gerom, Groo, Jion Mater, Padres Fundadores
Importaciones: Objetos manufacturados y bienes de lujo (para el comercio).
Exportaciones: Alimentos, madera e industria textil.

La República de Airak es el reino más joven de Eriloe. Nacido en los inicios de la guerra contra el Emperador es una tierra aún virgen e inexplorada. Gentes de todas partes acuden a Airak en busca de fortuna y gloria, y algunos, a veces, tienen éxito.

Vida y sociedad

Prácticamente toda la vida de Airak se desarrolla en Arim, la capital. Esta está regida por un Duque electo por los ciudadanos censados entre la nobleza del país. Fuera de la capital el resto de la República son aldeuchas maltrechas donde los colonos se afanan por domesticar esta tierra salvaje. Las aldeas están dirigidas por un gobernador de clase noble al que el Duque entrega las tierras. Este título no es hereditario, y el Duque puede disponer de él a su antojo, siempre que el resto de los nobles de Arim no pongan demasiadas trabas y los aldeanos no se opongan violentamente. Hacerse con el gobierno de una de estas aldeas no es demasiado difícil, basta con tener un mínimo de carisma para convencer a la gentes del pueblo y tener influencias en la corte, aunque una jugosa cuenta en el banco de Ôs siempre ayuda.

La vida en la capital transcurre en un completo frenesí. Los nobles controlan los principales negocios y se afanan para que la mayor cantidad de mercancías pasen por el puerto de Arim. Hay una importante industria textil que procesa los productos de la fértil tierra y los exporta. El principal cliente de Arim es la Gran Federación. Últimamente les ha salido un competidor, el Protectorado de Agrapûr, por lo que el tráfico de naves ha disminuido a favor de las caravanas que recorren el país recogiendo los productos agrícolas de las granjas y aldeas para luego introducirse en la Gran Federación a través del paso de Laen. Varias voces se han alzado entre los nobles para actuar sobre Agrapûr, pero la fuerte implicación de Ôs en este asentamiento disuade a los más reaccionarios. Se rumorea que la nobleza airaquiana está presionando a sus clientes enanos para que limiten el desarrollo de Agrapûr. De ser así el gobernador de Ôs no se pondría muy contento.

Las elecciones en Airak no suceden según un calendario previsto. Teóricamente deberían celebrarse cada ocho años, pero en situaciones de crisis pueden retrasarse o adelantarse. El Duque Icmor, actual gobernador, consiguió el puesto en los últimos años de la guerra contra el Emperador y no parece que esté muy dispuesto a dar por terminada la ‘crisis’. Como en el fondo el hombre no lo hace mal no existe mucha presión social contra él, aunque la situación con Agrapûr puede algún día acabar con su puesto.

No todo el mundo puede ser Duque de Arim. A este puesto solo pueden optar los condes de la república. Dichos condes pertenecen a las familias que fundaron Airak cuando todavía era un protectorado de la República de Reyes. Esta alta nobleza colabora con el Duque en las tareas del gobierno, teniendo cada uno asignada una Secretaría de Estado que explotan con mayor o menor ambición. Cuando se celebran elecciones los ciudadanos censados escogen entre estos condes quien será el nuevo gobernador. Por debajo ahí una pléyade de barones, caballeros e hidalgos que ocupan los puestos de responsabilidad en gremios, ejércitos y demás organizaciones. Es práctica habitual que cuando un ciudadano consiga cierta riqueza o influencia adquiera uno de estos títulos para entrar en el club de la nobleza airaquiana. Y es que estos títulos nobiliarios pueden ser vendidos y comprados con relativa facilidad.

En las aldeas la vida es menos estresante pero no carente de peligros. Los pueblerinos se dedican principalmente a la agricultura, el cultivo de especies vegetales para la industria textil y la ganadería. Los asentamientos tiene la forma de granjas que no distan más de media jornada de un núcleo de casas donde se concentran los servicios más básicos, a saber, una herrería, una tienda de aprovisionamiento, una posada, quizá una zapatería... Los colonos deben luchar, además de contra la naturaleza contra enormes animales salvajes y bandas de gnolls, orcos y otras criaturas humanoides, antiguos pobladores de la zona, que no ven con buenos ojos la intrusión de sus tierras ancestrales. Una patrulla militar recorre el río Teogrís para hostigar a los salvajes, pero no es muy numerosa y es frecuente que se les escape alguna partida de castigo que arrasa una o dos granjas. Las gentes de Airak son personas duras, acostumbradas a las penalidades pero con un fuerte sentimiento de entrega a su trabajo diario.

Sociedad Geográfica Republicana: Fundada en la época del protectorado esta sociedad lleva a la última frontera los ideales de Jion Mater. La tierra virgen de Airak es un filón para los naturólogos y no es raro encontrar miembros de la Sociedad Geográfica en mitad de la nada persiguiendo depredadores o cartografiando terrenos. Una porción importante de los miembros de la sociedad son clérigos y adeptos de Jion Mater, entre los cuales alguno a profundizado en los estudios arcanos. Su actual presidente es el conde Malaciades, que a la sazón es también Secretario de Explotación de la República.

Museo de la ciudad: Un edificio dedicado a ensalzar los valores nacionales, en su interior se pueden encontrar reliquias, esculturas y pinturas que rememoran la historia de la ciudad de Arim y, por tanto, de la historia de la República. Una sección del mismo rinde tributo a los grandes personajes que hicieron de Airak el país que es hoy. Un nutrido ciclo de charlas y conferencias permite a los airaquianos estar al día de su historia y rendir tributo a los Padres Fundadores. Varios clérigos regentan este museo, poniendo sus habilidades a disposición de los asiduos. Paralelamente a este museo existen también un museo de los aventureros, más modesto y centrado en las figuras de los héroes. Paradójicamente el museo de los héroes tiene mayor cantidad de seguidores, lo que da lugar a tiranteces entre los regentes de ambos museos.

Patrulla de la Frontera: Este destacamento del ejército republicano tiene como función principal recorrer la frontera airaquiana de Poniente a Sur, siguiendo una ronda de patrulla entre la Fortaleza Oeste a la Fortaleza Sur. Se trata de un cuerpo compuesto por caballería ligera dotado de una gran movilidad. En un principio su función era meramente militar, pero la proliferación de asentamientos de colonos y las disputas legales entre ellos los han convertido en una suerte de policía de las tierras de nadie. Poseen pequeños refugios a lo largo de su ruta para pasar las noches y no es raro que cuando lleguen a ellos después de una larga jornada se encuentre con que deben expulsar de allí a una partida de gnolls o forajidos.

Gremio de Navegantes: El gremio con más influencia de Arim y por tanto de toda Airak. Compuesto a partes iguales por intrépidos navegantes y codiciosos comerciantes desde siempre les ha movido el afán por llegar lo más lejos posible con sus naves y sus cargamentos. Gustan de presumir ante los extranjeros que gracias a ellos Arim es conocida como ‘la Ôs del sur’. Últimamente sus posturas se están radicalizando y ante la falta de actuación de las autoridades con el problema de Agrapûr están armando una pequeña flota corsaria que se dedica a asaltar las naves con destino a este protectorado. De momento han conseguido que no se les relacione con estos actos de piratería, pero es muy posible que algún día se les acabe la suerte.

Hermandad de ladrones: Creado poco tiempo después de la fundación de Arim, empezó como una simple organización de ‘bienvenida’ a los inmigrantes procedentes de la República de Reyes. Nada más bajar del barco el trabajador se encontraba con estos ‘amables’ personajes que se ofrecían a proporcionarle todo lo necesario para empezar su nueva vida a cambio de un pequeño ‘préstamo’. Fue engordado con la llegada de nuevos viajeros deseosos de que no se hicieran preguntas sobre su pasado o que directamente estaban perseguidos por la justicia en sus países de origen. En la actualidad se dedica a tareas tan lucrativas como el contrabando, la prostitución, la ‘protección’ de grandes y pequeños comerciantes, el juego, la extorsión, el comercio de armas con indígenas y otros negocios menores. Por todo ello tiene una gran influencia en la sociedad de Arim.

Río Teogrís: Columna vertebral de la república, este río atraviesa las tierras de Airak de sur a norte. En sus riveras se asientan la mayoría de aldeas del país y es en su desembocadura donde se encuentra Arim, la capital. Navegable desde Arquila encauza un importante tráfico fluvial de mercancías con destino al paso de Laen y a lo largo de todo su curso se pueden ver pescadores que consiguen su sustento de sus fértiles aguas.

Pantano de Ferenal: Razón primera de la existencia de Airak, fue su riqueza en árboles de tillium lo que motivó a Eric Samoeno el tomar el delta del Teogrís. A pesar de que en su interior sigue siendo un pantano traicionero, durante el otoño la subida del nivel del Vacío provoca la migración del tillium a tierras más altas donde los leñadores se afanan en recolectar la madera necesaria para continuar la expansión de la flota mercante airaquiana.

Fortaleza Oeste: Debido a sus especiales características es más un accidente geográfico que un sitio de interés. Está construida sobre una roca que se eleva sobre el suelo unos 10 metros y tiene unos 40 metros de largo por 30 de ancho y está unida a una segunda roca mediante un puente levadizo. La segunda roca está en pendiente y a través de un camino serpenteante y fortificado se puede llegar al suelo. Dicho de otra forma, es un lugar bastante inexpugnable gracias al cual se ha mantenido a los orcos y demás calaña a raya todos estos años.

Pequeña Cima: Durante mucho tiempo este colina, junto con el bosque de los Ánimas que crece a sus pies fue el último reducto de una importante tribu orca. Se dice que uno de los motivos por los que costó tanto expulsar a los orcos de allí fue la existencia de una red de túneles y estancias excavados por manos desconocidas en tiempos inmemoriales y que se adentran a gran profundidad. Los más exaltados aseguran que existen pasadizos que conducen directamente al Espinazo de la Serpiente, la cordillera que separa Airak de la Gran Federación. Sin duda cuentos de niños.

Arim: La capital de la República. Una ciudad cruzada por tres avenidas principales alrededor de las cuales se agolpan en desorden las casas de los colonos. Aproximadamente una cuarta parte de la población de Arim se encuentra de paso, ya sean navegantes con sus barcos, granjeros que viene a vender sus productos u orcos y gnolls atraídos por aquello llamado ‘civilización’ que les ha arrebatado sus tierras. Los frecuentes tumultos obligan a la guardia a detener a todo aquel que sea visto con el arma desenvainada, el escudo colocado en el brazo o la ballesta cargada, ya que resultaría impensable prohibir el uso de armas largas en la ciudad, ya que todo airaquiano a aprendido a confiar tanto en su arado como en su espada para sobrevivir.

Arquila: En un principio era un simple villorrio donde los pocos viajeros que intentaban llegar a la Gran Federación por el paso de Laen hacían un alto del camino o un lugar donde los acuartelados en la Fortaleza Sur pasaban sus días de permiso. Sin embargo la aparición del protectorado de Agrapûr cambió su situación. Ahora es un punto de paso obligado por las caravanas que van a la Gran Federación y poco a poco va creciendo prosperidad, número de habitantes y servicios. Un claro ejemplo de que nunca llueve a gusto de todos.

Fortaleza Sur: construida sobre una pequeña meseta inclinada que se eleva del suelo unos pocos metros en su parte más alta y rodeada por bosque por tres de sus lados. Desde ella, desde su torre de vigilancia, se puede otear por encima de las copas de los árboles y el camino que se acerca (por el oeste) desde el río es completamente visible.

Es mucho menos inexpugnable que su compañera del Oeste, pero, afortunadamente, sus enemigos no son ni tan habituales ni tan poderosos. En más una base para exploradores y aventureros que un puesto militar.

Los orígenes de la República de Airak se remontan a los últimos años del impero de Eric Samoeno. Fue el empuje de este emperador el que consiguió hacer retroceder a las tribus de aborígenes orcos para ocupar la desembocadura del Teogrís y permitir la explotación del pantano Ferenal, rico en árboles de tillium. A la caída del impero la familia Laernad de la República de Reyes se hizo cargo del asentamiento enviando gran parte de sus siervos y nobleza. Poco a poco, y con gran esfuerzo de los colonos se consiguió empujar a los orcos y gnolls hasta Pequeña Cima. Una vez asentados los límites del protectorado comenzó la explotación del tillium y el cultivo de algodón y lino para la incipiente industria textil. La tierra, prácticamente sin explotar, era muy fértil, consiguiéndose a veces hasta tres cosechas al año. Esta repentina riqueza fue aprovechada por la familia Laernad, que instauró unos tributos abusivos para costear sus campañas en la República de Reyes.

El descontento entre los airaquiano fue en aumento, de tal suerte que empezó a labrarse una identidad nacional. Tras varias bancarrotas, la familia Laernad no tuvo más remedio que comenzar a vender títulos nobiliarios de baja nobleza a los burgueses más influyentes, de tal manera que poco a poco el gobierno fue entregado a la plebe. De esta manera la alta nobleza residente fue desvinculándose paulatinamente de sus parientes de la República de Reyes por miedo a una revolución social y para evadir el pago de los impuestos. Fue con la aparición de la figura del Emperador cuando Airak decidió no enviar más tributos a la familia Laernad. Esta, con graves conflictos en su República natal y con los ejércitos el Emperador amenazando sus posesiones, envió una pequeña fuerza pacificadora que fue vencida con facilidad, no teniendo entonces más remedio que aceptar la independencia de la República de Airak. Fue un día de gran celebración en Arim, al tiempo que se preparaban para luchar por su independencia contra el Emperador. De hecho, el primer presidente de Airak, el Presidente Raidak, murió luchando contra una alianza de gnolls y orcos que atacaron Airak impulsados por la mano del Emperador.

El actual gobernante, el Duque Icmor, consiguió su puesto tras una desastrosa gestión de su predecesor en la política de guerra. Fue este duque el que llevó a Airak a la victoria final y, por tanto, goza de gran popularidad entre el pueblo.

Acabada la guerra, que no supuso un gran desgaste ya que la mayoría de las batallas ocurrieron fuera de sus fronteras, Airak despertó a una época de gran prosperidad. Comerciando con sus empobrecidos vecinos y sin tener que pagar tributos a la República de Reyes, Airak creció, asentándose más allá de Pequeña Cima y ampliando las murallas de Arim. Centenares de colonos llegaron procedentes de otras partes de Eriloe en busca de fortuna. Sin embargo los airaquianos ven con añoranza estos tiempos pasados, ya que Agrapûr está minando la principal riqueza del Airak, el comercio con la Gran Federación.

Caravana hacia Levante: Un grupo de comerciantes se han hecho mediante sobornos de un cargamento de especias, fruta y carne de vacuno en conserva provenientes de Medioburgo cuyo destino inicial era el protectorado de Agrapûr. Quieren introducir este valioso cargamento en la Gran Federación a través de las montañas y necesitan protección. Bandidos, orcos montañeses y mercenarios enanos pagados por Agrapûr harán más difícil la travesía.

De safari: La Sociedad Geográfica quiere explorar los terrenos sureños y capturar algún tipo de animal de esa zona. También les gustaría buscar ruinas de los Ancestros o de asentamientos anteriores a la caza de magos. Entre la comitiva va un mago de alto nivel.

Duque Icmor (aristócrata 7/guerrero 3). Actual presidente de la República de Airak consiguió su puesto cuando era Secretario del Tesoro al descubrir una nefasta gestión durante la guerra de su predecesor. Es un hombre calmado y quizá demasiado práctico. Ha sabido gobernar bien durante la época de prosperidad y ha conseguido retrasar las elecciones gracias a tecnicismos legales. No obstante la oposición ya está empezando a levantar al pueblo con la excusa de la poca mano dura que se emplea con el protectorado de Agrapûr.

Conde Malaciades (aristócrata 2/ clérigo 6). El conde Malaciades es, sobre todo, un hombre de ciencia. Presidente de la Sociedad Geográfica Republicana, Secretario de Explotación y cabeza visible de los seguidores de Jion Mater su principal preocupación es desentrañar los secretos de la vida salvaje de Airak. En su afán por estudiar el mundo físico ha conseguido reunir un puñado de magos, clérigos y algún hechicero junto con los que realiza experimentos secretos en los sótanos de la Sociedad.

Barón Franc Rocar (clérigo 6): Regente del Museo de los aventureros y clérigo de Utay Shim, confesa con la faceta más intrépida de este Héroe. Con una magnética personalidad ha sabido ganarse una nutrida congregación a la que gusta de inflamar los corazones para que se superen a si mismos. Le disgusta el mensaje excesivamente patriótico de los Padres Fundadores, un culto autóctono de Airak, que ensalza a la nación por encima del individuo y más de una vez ha criticado abiertamente a esta organización en sus discursos.

Barón Skold (semiorco pícaro 5/combatiente 4): Skold era uno de los muchos semiorcos nacidos en los burdeles de Arim. Su semiraza bastarda era bastante apreciada por los señores que querían siervos más bien ‘directos’. Su patrón fue un importante lugarteniente de la Hermandad de ladrones, que no supo ver el don excepcional de Skold, su aguda inteligencia. Subestimada su ambición por ser un semiorco fue escalando posiciones hasta llegar a Maestre de la Hermandad. Aún hoy sigue sorprendiendo a sus adversarios con su inteligencia. Skold es un hombre metódico y calculador pero que de vez en cuando se escuda en su herencia orca para tener fingidas explosiones de mal genio con las que intimidar a sus víctimas.

Mama Briga (plebeya 20): Toda una institución en Arim, esta anciana dice tener 135 años. De aspecto arrugado y decrépito posee en realidad un vigor insospechado. Vino a Airak en la época del protectorado y refleja como nadie el espíritu airaquiano. Ha sido granjera, ganadera, hiladora, costurera, barquera, pescadora y tendera. Ha tenido cuatro maridos, 14 hijos, 75 nietos y más de dos centenares de bisnietos y tataranietos. Actualmente vive en una casita cerca de la fábrica textil confeccionando cestas de mimbre y cuidando a dos de sus hijos. Todo el mundo le tiene un gran cariño y respeto y aún en vida ya hay gente que sigue sus ideales como si fuese una Madre Fundadora.