Principales accidentes geográficos 
                Montes Enanos: Este es el nombre que los habitantes de Widana dan a la parte de la
                Cordillera Covelina que limita con su territorio. Esta zona de bajas montañas y colinas
                está en permanente disputa con los Estados Montaraces enanos. En esta zona aún existen
                castillos semiderruidos de cuando el Reino de Corus intentó penetrar en la Gran
                Federación en sus años gloriosos. Hoy en día solo queda habitada una de estas
                fortalezas, el Hogar del Orco. 
                Río Enarma: Este caudaloso río constituye una de las vías de comunicación
                más transitadas de Widana. Nace en las zonas altas de los Montes Enanos y recorre el
                reino hasta desembocar en el golfo de Arno, lugar donde la península de Alme se une al
                continente. En este golfo se sitúa la ciudad-estado de Mirenarma. Gracias al rió Enarma
                esta ciudad tiene muy buenas comunicación con el interior del reino, lo que ha supuesto
                el despunte de este enclave como centro de comercio 
                Península de Alme: La península de Alme es el corazón del reino de Widana. En
                su punta se ubica la capital de reino y durante muchos años fue la única extensión que
                el joven reino de Widana consiguió arrebatar a los corusanos. Aunque estrecha es bastante
                llana, siendo susceptible de ser explotada agrícolamente. En el punto en el que se une al
                continente presenta una serie de elevaciones del terreno que durante muchos años
                albergaron un sinfín de fortalezas con la misión de proteger el joven reino. Ahora estas
                fortalezas están abandonadas o sirven de refugio ocasional a bandas de bandidos.  
                Lugares importantes 
                Alme: (ciudad pequeña 14.310 hab.) Alme es la capital del reino y donde la Casa
                Êlun tiene su sede. Esta construida siguiendo el estilo corusiano. Así pues cuenta con
                dos recintos amurallados. El más amplio alberga las casas de la población y los
                edificios públicos, así como talleres y almacenes. La sede centra de Los Pasos de Êlun
                también se encuentra en el recinto exterior. En la cara norte de la ciudad, en la zona
                donde esta toca al Vacío se encuentra el segundo recinto interior, sede de la casa real.
                Al recinto exterior se puede entrar por una sola puerta que tras un tortuoso aunque ancho
                pasillo lleva al patio de armas. Allí Reigar Êlun, el actual soberano, tiene su sala de
                audiencias y los barracones de su guardia personal. 
                Durante muchos años se prohibió el asentamiento de cabañas en los muros de la
                ciudad, pero el progresivo crecimiento de población hay obligado a muchos habitantes a
                vivir extramuros y las autoridades están siendo más permisivas para evitar que la gente
                se vaya a otras ciudades. 
                Mirenarma: (ciudad mediana 23.250 hab.) Esta ciudad casi no parece pertenecer a
                Widana. Mirenarma es una ciudad luminosa, con una muralla no demasiado gruesa ni alta que
                la rodea y un puerto amplio y bien organizado. Las calles son anchas y en su mayoría
                están empedradas. Es, por tanto, una ciudad floreciente y vibrante. El secreto de su
                éxito reside en no depender de un señor feudal para su defensa, ya que está
                directamente bajo la autoridad del rey. Gobernada por un conde la ciudad entera está
                dedicada a la artesanía y, en menor medida, al comercio. Fundada por el mismísimo Êlun
                en persona se creo con la idea de proporcionar un determinado remanso de estabilidad para
                que el comercio y la manufactura pudiesen prosperar. El objetivo se ha conseguido a
                medias, ya que sigue dependiendo de los señores feudales para adquirir los alimentos que
                su población necesita, pero salvo algún que otro asedio aislado, un par de plagas de
                peste y no pocos desórdenes civiles la ciudad goza de una paz extraña en este convulso
                reino. 
                El Hogar del Orco: (villa grande 3.054 hab.) Cosas como el Hogar del Orco hacen
                que los refinados ponentinos vean a la gente de Levante como unos bárbaros incivilizados.
                El Hogar del Orco es ni más ni menos un asentamiento permanente de orcos en los Montes
                Enanos. Esta villa ha podido prosperar gracias a un pacto firmado por la Casa Malen con un
                caudillo orco hace muchos años. A cambio de cederle una de las destartaladas fortalezas
                que Corus construyó para presionar a los enanos, los orcos se comprometían ha desfogar
                sus ansias bélicas únicamente con los Estados Montaraces. Aunque este acuerdo no gusto
                mucho en Shad Irm, lo cierto es que únicamente una de las casas está involucrada,
                dejando al monarca libre de culpa en cierta manera. Sea como fuere El Hogar del Orco es
                una gran fortaleza que se encuentra en un permanente estado de guerra. Constantes partidas
                salen a hacer incursiones en la Gran Federación. Luego comercian con el botín saqueado
                con los mercaderes de Malen y de esta forma prosperan. No obstante la situación dista
                mucho de ser perfecta. Las otras casas de Widana ven con malos ojos este acuerdo. Molestan
                a sus poderosos vecinos, Shad Irm y la Gran Federación, y piensan que los orcos son
                incontrolables. En cualquier caso fue gracias a la existencia del Hogar del Orco que las
                tropas del Emperador no pudieron cebarse en Widana. El relativo respeto que tienen los
                orcos en Widana hizo difícil que el mensaje del Emperador prendiera entre estos como lo
                había hecho en otros territorios. 
                Historia de la región 
                Aunque la fecha oficial de la fundación de Alme, y por tanto del reino de Widana,
                data del 1102 el germen de la nación widana se forjó hacía mucho tiempo. Concretamente
                cuando, si hacemos caso de las fuentes histográficas de Widana, el último de los
                descendientes directos de Corus, fundador del reino que lleva su nombre, fue asesinado por
                sus rivales y toda su familia pasada a cuchillo en torno al 757. Por lo visto un sobrino
                desconocido consiguió sobrevivir, y se echó al monte con unos cuantos fieles en la
                frontera con Shad Irm. Con el tiempo este reducto de refugiados fue empujado poco a poco
                por los elfos hacia el Vacío, hacia la frontera que Shad Irm tenía con una franja de
                costa controlada por Corus. Por estas fechas un grupo de estos parias se reintrodujo en la
                sociedad corusiana, que hacía largo tiempo había olvidado a la dinastía original. Entre
                los asentados en la frontera de Shad Irm y los que habitaban en Corus se formó una
                especie de fraternidad que soñaba con un reino propio y fuerte. Poco a poco comenzaron a
                trabajar para conseguir ese objetivo. Los colonos iban cartografiando la zona y buscando
                nuevos asentamientos al tiempo que los residentes en Corus iban introduciéndose en la
                sociedad militar. Su momento llegó con la Guerra de los Portales. Que sucedió
                exactamente es difícil de determinar, ya que todos los escritos de esta época fueron
                sistemáticamente borrados, pero parece que tras esa convulsa época los proto-widanos
                consiguieron reunir un pequeño contingente de tropas y comenzaron a batallar contra los
                corusianos de la costa. Hay que recordar que esta era una época convulsa, en la que los
                cimientos de la sociedad se revolvían hasta derrumbarse. Por fin, los hombres de Êlun
                consiguieron expulsar a un pequeño señor feudal corusiano que estaba asentado en la
                península de Alme y fundaron allí la ciudad del mismo nombre. Inmediatamente después
                Êlun proclamó su linaje de sangre y estableció el reino de Widana, en recuerdo de su
                padre.  
                Tras la fundación oficial del reino siguió una época bastante movida. Corus, no
                dispuesto a permitir la secesión, envió tropas a contener a los rebeldes. No obstante la
                estrechez de la península de Alme hacía difícil el despliegue de tropas. Durante casi
                40 años las fuerzas de Widana y Corus mantuvieron un pulso constante en la península.
                Fue durante estos años cuando se produjo el cisma de los Pasos de Êlun, separándose
                también así espiritualmente de Corus. Finalmente las tropas widanas consiguieron asentar
                posiciones en el continente y avanzaron a lo largo de la costa en dirección sur hasta los
                dominios de los enanos. Poco antes de morir, Êlun fundó la ciudad de Mirenarma con la
                idea de crear un reducto donde los artesanos pudiesen trabajar y distribuyó entre sus
                fieles los diversos territorios donde podrían ejercer su influencia. Muchos de estos
                territorios estaban de hecho controlados por corusianos, pero era la forma que tenía
                Êlun de decirles que con su muerte no acababa la lucha. Su hijo, Garlar Êlun, consiguió
                afianzar el sueño de su padre gracias al apoyo de los Pasos de Êlun y de la Casa Alte.
                Tras una serie de rápidas victorias consiguió asegurar para widana los territorios al
                sur y al oeste de la península de Alme. Sin embargo el empuje inicial se fue perdiendo de
                tal manera que se creó una especie de tierra de nadie en la franja costera que unía
                Corus con Widana. Además ya todas las casas nobles habían adquirido el control de las
                zonas que Êlun había fijado para cada uno, por lo que la guerra se detuvo, a excepción
                de unas cuantas escaramuzas en la frontera.  
                Corría el año 1243 cuando las gentes de Widana se las tuvieron que ver con otro
                fuerte enemigo. Eric Samoeno esta en lo apogeo de su imperio y lo que parecía que iba a
                ser un imperio ponentito comenzaba a afianzar posiciones en el levante. El ataque de la
                Gran Federación contra Cargrum iba a recibir una respuesta tarde o temprano y todos
                sabían que Eric no se pararía allí. Comenzaron a hacerse tímidos contactos de defensa
                mutua con Corus, pero el odio entre las dos naciones era demasiado fuerte. De repente,
                como llovido del cielo, un nuevo jugador entró en escena. Venidos de unas estepas
                inaccesibles los elfos de Shad Irm solicitaron el asentarse en la zona costera que servía
                de frontera entre Corus y Widana, al tiempo que ofrecían su ayuda contra un posible
                invasor. Para ser fiel a la verdad los elfos estaban más interesados en el beneplácito
                de Corus que de la pequeña Widana, así que la corte de Alme poco pudo objetar. Aún así
                el tratado era provechoso y fue firmado. Curiosamente existen dos tratados independientes,
                uno entre Shad Irm y Corus y otro separado entre Widana y los elfos. La idea de ver a sus
                soberanos sentarse juntos en una mesa de negociación simplemente no cabe en la cabeza de
                los widanos y los corusianos. 
                Con una de sus fronteras bien protegida los widanos comenzaron a hostigar a sus vecinos
                los enanos. La fundación del Hogar del Orco data de esta época. Ha decir verdad los
                avances fueron poco significativos y hay muchos que opinan que no merecían la pena a
                costa de enemistarse con los enanos. De todas formas es una buena manera de mantener
                entretenidos a enanos y orcos en una guerra sin fin y de momento no parece que los otros
                estados de la Gran Federación vayan a intervenir en el conflicto. 
                Como último apunte comentar brevemente la situación de Widana durante la campaña del
                Emperador. La verdad es que este reino apenas sufrió más que algún que otro
                levantamiento. Para ellos el Emperador era casi un aliado, ya que se enfrentó a Corus y a
                la Gran Federación, sus enemigos tradicionales. Además sus ideas de igualdad para los
                orcos, gnolls y trasgoides tampoco les parecían muy disparatadas. Si el Emperador
                compartía esta simpatía es algo que nunca se supo, ya que sus ejércitos simplemente se
                detuvieron demasiado lejos como para haber constituido nunca una amenaza. 
                Tramas y rumores 
                Una sombra en movimiento: Una casa a las afueras de Mirenarma arde hasta los
                cimientos. El suceso no tendría más trascendencia si no fuera porque esa casa era la
                sede de El Estudio de los Nueve, una pequeña cábala de magos local. Por lo visto se
                habían hecho con un libro de antes de la Guerra de los Portales. El submundo ocultista
                piensa que las Sombras en la Noche están detrás del ataque y busca chivos expiatorios
                para vengar la afrenta. 
                ¡Incursión!: Una banda de orcos comandados por un ogro han atacado un pequeño
                asentamiento en las cercanías de los Montes Enanos. Las autoridades locales aseguran que
                el gobernante de Hogar del Orco está detrás de este ataque. Se forma una partida de caza
                que puede hacer tambalear el delicado equilibrio entre las comunidades orca y humana. 
                Tensa tregua: Agentes de Corus están soliviantando a los clanes de Shad Irm
                para que retiren su apoyo a Widana. Un grupo de fieles de la casa Kyrên parte con destino
                a la tierra de los elfos para fortalecer la alianza. Las fuerzas corusianas harán lo
                imposible para que la misión fracase. 
                Personajes 
                Su Majestad el Rey Reigar Êlun (humano aristócrata 4/combatiente 7). Reigar es un
                hombre práctico. A pesar de que entre las otras casas nobles se empieza a rumorear que la
                casa real ha perdido su empuje Reigar no quiere meter a su pueblo en otra guerra
                imposible. Sigue manteniendo una política de guerra constante contra el cómodo enemigo
                enano, pero no desea provocar a los elfos de Shad Irm. Realmente tiene un gran plan. Su
                intención es adentrarse en los dominios de la Gran Federación y entregar esos
                territorios a los elfos a cambio de la franja costera que le separa de sus enemigos. El
                que hará cuando se encuentre cara a cara con Corus es algo que sus allegados no tienen
                aún claro. Por lo visto cuenta con un aliado poderoso que atacará Corus cuando llegue el
                momento. ¿Quién es ese misterioso aliado?. Nadie lo sabe. 
                Muchos Rostros ( sombra mago 7/ clérigo 3). La existencia de este individuo es
                más producto de las sospechas de los lanzadores de conjuros de la zona que de un suceso
                debidamente contrastado. Según esta línea de investigación existe una sombra que adopta
                las más diversas formas para infiltrarse en las filas de las cábalas de magos y sacar
                información. La paranoia es tal que últimamente todos los magos se pinchan entre ellos
                para comprobar el color de su sangre. De momento Muchos Rostros no ha sido descubierto y
                se piensa que es el agente más activo de las Sombras en la Noche. 
                Vornok (orco bárbaro 12).El caudillo Vornok es el jefe del Hogar del Orco. Es
                un orco despiadado pero práctico. Gracias a su situación puede combatir a sus enemigos
                los enanos sin temer un ataque desde atrás. No obstante su orgullo guerrero le obliga a
                no permitir que nadie viva cerca de sus dominios sin ser saqueado, así que ha creado un
                par de partidas de guerra que con los colores de otro clan ataca los dominios widanos que
                no pertenecen a la casa Malen. Según cuentan hace 25 años, cuando acababa de tomar
                posesión de su puesto de caudillo, un agente del Emperador lo incitó a la revuelta. El
                cráneo de ese embajador le sirve ahora como almohada.  
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